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se recogen en la ermita Dejaremos a los padres I4
ante la Madrc de Dios. en aflicción tan amarga, I
y sigamos a Ramon
Postrados de ro'dillas que se marcha a la campana. ^
ia piden con devoción,
que les depare su hija Le toco para Marruecos
que hoy mismo se les perdió. y al momento se embarcaba,
y a Melilla Hegó,
Ya se fueron a su casa donde sujeto a las armas
y luego, sin detención. estuvo mas de dos anos
dicron parte a la justícia recorriendo las montafias
y al punto determino en busca del cncmigo
que al otro dia siguiente según orden que le daban.
X con la mayor precaución Cumplicndo ya su Servicio
de dia en dia esperaba
se registre todo cl valle. tomar licencia absoluta
la nina no apareció. para vcijver a su pàtria.
Dejaremos a sus padres iOh, Virgen de la Esperança
que llorando en su ariícción, aqui mi pluma se paral
solo encomiendan su hija
a la esperanza de Dios. Un dia salió Ramon
a recórrer las montanas
Transcurrieron doce aflos en busca del cnemigo,
sulrió la quinta Ramon, scgun orden que le daban.
donde cayó por soldado
sin tener mas redención. Camina muy bien armado,
ya que llega a la montaüa
Se despidió de sus padres un moro se le presenta
con iàgrimas de dolor y le dice estàs palabras:
y abrazàndose le dice:
—Dime. valiente espancvl,
—jAh, hijo del corazón, iquieres comprarme una blanca
que bien solitos nos dejas, que sdlo tiene veinte anos?
llenos de pena y dolor. hoy mismo me la encontrara.
Si caemos en la cama
Al pie de un gran Caballero
t , ia quién pedimos favor? ia nina llorando estaba
El hijo la respoodió: me dijo quién es su padre
—Padres de mi corazón. y que muerto a puflaladas
no podemos remediarlo por manos de unos ladrones
mi suerte lo permitió. que a ella la dejaban
popque me vieron a mi
Però no desconfieis y al momento se fugaban.
tener esperanza en Dios —íDónde la tienes. buen moro?
y la Virgen Soberana —Recogida en mi cabana,
Madre de Consolación. si la quereis ver, venid,
que bien sé que os agrada.
Al oir esto los padres
se les parte el corazón Dijdle Ramon entonces,
y sin poder resistirlo —-Vamos a ver a la blanca
se desmayaron los dos, como sea de mi gusto
no recdarc compraria.
Y suspirando decia
con Iàgrimas de dolor:
—(Adiós, padres de mi vida.
echadme la bendiciónl
F I N DE LA P R I M E R A P A R T E
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