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El hermano de Gerirudis, Ramon
SECUNDA PARTE
Ya llegaren a la choza; —^Muchas gracias, Caballero
apenas en ella entraban siempre que yo viva honrada
encontraron a la joven hasta el fin de'! mundo iré
en el aueio desniayada. gozando vuestra compania.
La echaroo agua en el rostro, Pregunto Ramon al moro
y algun tanto mejorada —iCuànto quereis por la dama?
apenas vio ^ militar —Es digna de conipasión,
para mi no quiero nada
;l· de esta manera le hablaba: solo que mireis por ella
—Compadeceos senor y tratadla conio hcmiana.
de esta joven desgraciada
hoy mismo perdió a su padre Alegres llegan a Melilla,
que fué muerto a pufiaJadas »• dejàndoia en una casa
—Dccid, nina vuestro nombre de mucho honor, que Ramon
—A mi Florentina me llaman a nienudo frecuentaba.
una servidora vuestra
Ordófiez me apellidaban. No pasaron muchos dias
Mi padre era Don Jacinto, cuando Ramon alcanzaba
su natura*]eza, Itàlia, ya su licencia absoluta
amigo de córrer mundo, y se embarcan para Espana.
nunca paraba en su pàtria,
Veniamos de Ingiaterra, Prosiguen su embarcación
dirigídos para Espana, y ya que a tierra llegaban
a cumplir una promesa en un tren de viajeros
a una imagen que se llama muy pronto se presentabaH
la esperanza de Dios en la casa de Ramon
scgún mi padre contaba, donde sus padres le abrazaban
en el valle de la Aimena los parientes y vecinos
un santuario se hallaba. fiolo a Ramon saludaban.
Respondió Ramon entonceS
—iOh Reina tan Soberana A la triste Florentina
Esa es mi pàtria querlda nadie la decia nada;
donde mis padres estaban principio a decir entonces
iOs quereis venir conmigo? cl hallarsc en tierra extrafía.
Os llevaré hasta mi casa
aunque mis padres son pobres Y la rauerte de su padre
no os ha de faütar nada. en altas voces exclamava
—jPadre de mi corazón!
iQue hija tan desgraciadal
dejastes sola en el mundo
iCuanto mejor estimarà
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