Page 7 -
P. 7
CARTA DEL DIRECTOR
NAVIDAD y MAGOS
He aquí un par de fiestas en cuyo tra- ^ 4- ofreceràn presentes; los reyes de Saba y
dicional modo de celebrarsc, es fàcil dcsc"- Shcba le entregaran sus tributos».
brir el mas exacto reflejo de una religión ^
popular que vibro sieniprc y ha de vibrar X Y como ofrecieron oro, incicnso y mirra,
todavía hasta la consumación de los ticni-
pos, en la en'trana, en lo intimo — no en la íf quiso la ileyenda que fucran reyes. Bueno.
extrana, en la fachada, en lo que esta fue- Y basta ya de zanfonias monàrquicas...
ra — de nucstra scnsibilidad. Però acerquémonos curiosos, a la inicial
y mas pròxima de ambas conmemoraciones
Un par de fiestas, que se compenetran, y sepamos oir el feliz grito de esta espècie
se necesitan y se funden espiritualnicnte. de vigia infantil, que se nos agarra a las
jCuàn diiicii y pcnoso, imaginar la una sin solapas del a'ima: jNavida'd a la vista! Na-
la otral La Ic sin etiqueta, Ja lianiada fe dci vidad, fiesta embrujada, conservadora y fa-
carbonera, exige, reclama tras la Natividad miliar; una fiesta para las personas de orden
en el pesebre, que unos misteriosos astró- y de buenos modales, que tienen una estufa
logos de tres colores vengan de Icjos para bien calientc en una casa confortable. Al-
rendir pieitesia al Iníante judio; los Magos rededor de la mesa en la que nada falta,
terminan de sazonar de encantamiento un pulula toda una tribu de hijos educades en
cicló que SC inaugura en Belen. Magos y colegios de pago y de moda...
no reycs, les llama Mateo. Y magos cran
quiencs poseian el arce o ciència de hacer Imaginemos una fiesta inglesa. Una fiesta
cosas extraordinarias. íCómo? A través del para qucdarse en el dulce hogar, «at home»,
poder creador, la fuerza cngendradora, de raientras lluvia y nicve enlodan absurda,
ia palabra: «En el principio existia cl Ver- obstinadamcntc, las calles. Estàs calles blan-
bo...», ieemos en el prologo dcl EvangeÜo cas, grises, de Navidad de tarjeta de íeli-
según San Juan. Ei verbo, eso es: la pala- citación, doode los escasos ninos pobres que
bra. Antcs que las cosas fue el nombre, la van quedando con lo del Plan para desarro-
palabra para conocerlas; lo que -— tijémonos llamos, ateridos de frio, piden generosas li-
bien — es igual a declarar que una realidad mosnas y ropa usada. Quizas les lleguc co-
no cxiste si no lleva un nombre (San Juan mo una promesa, cl rumor Icjano, sordo,
recoge con eso un antiquisimo aforismo ba- dd viliancico que entonan otros ninos mas
bilónico del Poema de la Creaciòn. según bien comidos, mas fofos:
cl cual en un principio era cl caos y nada
tenia nombre). Yo siempre abrigué la sos- ...a celebrarlo van
pecha de que los Magos de la Epifania cris- en sa nit més joiosa.
tiana, liablando y conjurando invocaciones Y he aquí casi todo lo por dccir en tan
cabalisticas engcndraban hechos tenidos por breves líneas. Punto final: T R A M U N T A -
prodigiosos. NA, su cuerpo de redacción y su director,
les desean unos hermosos, interesantes, fe-
Magos y no reyes, rcpito. En los viejos lices días navidenos. Amables lectores.
monumcntos, visten ropajes persas y no He-
van la tiara de los monarcas, sinó cl gorro 7—
frigio. La idea de la rcaleza de los Magos,
no asoma tampoco en los primeros padres
de la Iglesia. Sin duda fue convcniente su
transformación en reyes para dar cumpli-
miento a las profecías mesiànicas. ïAcaso
no lo habia predícho el Salmó 72 de Salo-
mon?; «Los reyes de Tarsis y las islas le