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EL LLÓRETELE

do de la verdadera instrucción, después en un turbante de neblas; el sol, al

de tanta como se difunde por los pue-       •elirarse, nadaba en un mar de sangre;
blos. Y, ¿en qué consiste este fenómeno     ¡1 aire, que azota nuestros rostros, trae
especial, ese, casi podríamos decir ana-    m hálito de fuego, Vecina está la tem-
cronismo social que envuelve á, tanta       >estad.

                                              Vecina está la tempestad; se lo dice a
parte del pueblo en las redes del error? Ámete el viento que azota con desigua-

  Los pueblos han abandonado el Ca-         les y furiosas ráfagas las crespas cabe-
tecismo católico, en cuyas páginas es-      lleras de los pinos; se lo dicen esos rui-
tá consignada la verdadera civilización     dos sordos, prolongados y lejanos que
y sintetizada toda la ciencia que un         ;e oyen de noche en las montañas
                                             :uando se próxima la tempestad, pare-

pueblo libre debiera poseer para mora-      ciendo gemidos lanzados por las fra-
lizarse e ilustrarse. En él reside la úni-  gosas sierras al sentir el látigo del hu-
ca ilustración, la única dicha social. Es   racán.
el gran libro de la humanidad, es el
gran poema religioso que al través de          —Si, si, grita Ámete: la tempestad
                                            nos sale al encuentro; ¡compañeros, á
                                            escape!

los siglos ha permanecido inalterable á A escape ha dicho, y el bruto cordo-

pesar de los esfuerzos de esa filosofía     bés vuela con la rapidez del águila que .
social para ahogar sus doctrinas. Y por     se lanza sobre la presa, con la veloci-
más que se esfuercen lossabios en apar-     dad de la flecha que rasga el aire. Bien
tarles de sus cátedras, de las Escuelas     pronto deja atríis á sus compañeros.

                                              Deja atrás á sus compañeros y en

y de las elevadas esferas del poder, el     tanto el huracán se desencadena. El
Catecismo será siempre el elemento re-      viento silba como una serpiente en la
ligioso más propio para imprimir á la       llanura, y ruje como un león entre los
verdadera ciencia el carácter moral y       matorrales. Los pinos más altos son
                                            tronchados; los árboles más corpulen-

científico que ha de constituir la base tos ruedan por el camino. De la sierra

y corona de sus adelantos.                  bajan torrentes furiosos, que arrastran
                                            enormes peñas. El cielo ha abierto sus

ROSENDO ALBEEVT.                            cataratas.

                                            El cielo ha abierto sus cataratas, y

                                            el valiente potro ya tiene que saltar

                                            por sobre una barrera de árboles atra -

                                            vesados en el camino, ya resbala por

                                            la pendiente de unas peñas, ya costea

                                            la profunda cava abierta por las aguas,

                                            ya atraviesa á nado el torrente. Tolo

LEYEXBA DE POBLET.                          es destrucción y muerte, todo terror y
                                            espanto. De pronto....

                        (Continuación)                    VÍCTOR BALAGUER.

  —Allá bajo, á nuestra izquierda, á        (Continuará)
la luz del crepúsculo, he visto uno
montes soberbios que escondían su fren
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