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EL IRIS

general de costumbres y,como á conse- las'penasque nos afligen, nos devolve-

cuencia legítima el entronizamiento de rá la libertad perdüfa, ese dia que ha-

la diosa-razón, ó sea el racionalismo ce tantos años esperamos nunca luce.

en el corazón de los pueblos.            -^Ha llegado yáy contestó Nafcl vi-

Rosendo Álbert. vamente, dia terrible, dia de horror;

                                         pero sublime y lien© de gloria. El Sol

LUZ Y TINIEBLAS.                         de esa libertad porque suspiras ha bri-
                                         llado sobre las cumbres del Gólgotha.

                                         Karván miró'fijamente á Nafel y

             (Continuación.)             permaneció así algunos instante.

  —Nací en la risueña Armórica. Mi       —No te entiendo, dijo luego.
nombre es Korván, mis padres eran
esclavos y sigo siéndolo también         Nafel dio algurlos pasos hacia él y

  —Pero vuestra religión no es la cris-  esclamó con dulzura:*
tiana.....
                                         —Korván, no sé porqué abrigo la
  —Creyentes en la divinidad, espe-
ramos tras de esta vida habitar los      esperanza de verte cristiano.     •
mundos desconocidos. Nuestra ambi-
ción es el trabajo, nuestra fuerza la    Abrióse bruscamente la puerta del
unión de las armas y nuestta' victoria
                                         calabozo y la figura del chalan se dibu-

                                         jó en el hueco.

                                         —¿Que haces aqui? preguntó á Kor-

                                         ván, lejos, lejos enseguida.

el placer de ser leales. El amor que Nafel y sú dueño quedaron solos.
profesamos á la Patria es tal, que cen- —Y bien, dijo éste, ¿tienes todavía
tenares de héroes han derramado su deseos de escaparte por la ventana?

sangre y reducido a cenizas su cuerpo      El joven no respondió.                   Jfc.
entregas llamas de la pira, con el úni-  :,, —Lo siento, continuó aquel dándo-

j.co fin de aplacar la cólera divina y ob- se por contestado, porque vengo á de.-,

tener la independencia del pais. Otros cirte qu», hoy mismo verás la luz del

han peleado valerosamente contra nues- dia.»

tros opresores quedando los campos de Nafel se encogió de hombros.
batalla cubiertos de cadáveres no solo —Porque me conviene así, acabó el
de valientes guerreros, si que también chalán; si bien es cierto que merecías
dé mujeres y de niños, qué morían de- permanecer en ésta mazmorra todo el
fendiendo heroicamente, los derechos resto de tu vida, y sufrir el tormento '
de Itbertad adquiridos de la divinidad dos horas, por lo menos, cada dia; pe-
por nuestros mayores. Mas la desgracia ro mis intereses se perjudican y nece-
se cierne "sobre nosotros, y cada dia sito mirar por ellos. Hoy mismo sin
veo mas lejano el|EÍ«info de nuestros quitarte esa cadena serás trasladado al
derechos. La Divinidad está demasia- jardín de esta casa donde recibirás el
do airada y á pesar de que nuestros ve- sol del dia y el roció de la noche: se te
nerables druidas han dicho: Un dia dará comida en abundancia y cuantos
llegará en que el cielo'Mompadecido de licores desees. Es necesario que pre-
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