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EL IRIS.

la aversión que siento á esta clase de Quieres, Luisa mia, pasatiempos

diversiones, si me fuera dable gra- lícitos y de santificación los días con-

bar en ella todo el horror que siente sagrados al Señor, en los que innu-

mi corazón, á esos centros de abomi- merables jóvenes dedican á la profa-

.. nación, en donde, en ñor, se nrarchi- nación y al pecado? Pues bien: des-

< ta el corazón de la joven, ciertamen- pués de cumplidos tus deberes reli-

te que hasta su sombra te causara giosos, es decir, de haber asistido á

en tí honda impresión, y'huirias de los divinos oficios, á la recepción de

ella como de un fiero animal, prepa- sacramentos y cumplidas tus obliga-

rarlo para devorar tu cuerpo.              ciones domésticas, los paseos por el

Cuánto encierran esos lugares de campo, con una buena amiga, pue-

•profanación, son para mí incentivos den ofrecer á tu alma motivos de

poderosos contra el pudor, incenti- adorar á Dios visible en las obras de

vos á que no puede resistir, sin em- la Creación. La lectura amena y re-

pañarse, la virtud mas delicada. El creativa, toda moral y religiosa, con-

pensamiento, la palabra, la acción, versaciones de edificación entre per-

vuelan en regiones voluptuosas, des- sonas integramente católicas, y, ejer-

de donde trabajan de consuno para ciendo, de vez en cuando, algún acto

abrir brecha al tierno corazón de la de caridad que tu amor al prójimo te

,, muger, todavía libre á sus seduccio- inspire, entonces vivirás feliz, tu

nes. Los ojos ven lo que no pueden conciencia gozará de santa alegría,

, ver, los oidos oyen lo que no pueden porque tu corazón será Tabernáculo

oir, las manos tocan lo que no pue- del Señor, y allí donde la gracia exis-

j den tocar, ni el aire mismo se puede te, allí donde la gracia reina, allí se

respirar que no deje en el alma hue- goza de una santa paz, que las jóve-

** Has de maldición y de muerte. * nes de nuestra época jamás podrán

• Se engañan lastimosamente quie- disfrutar entregadas á los efímeros

nes sostienen que los bailes son un devaneos del baile.
pasatiempo pueril, una diversión ho- Tuya de corazón, tu madre,

nesta y culta. Tamaña aseveración                        A déla.
solo se explica á quien tiene amorti-

      guada la fé, ó mira en muy poco las  VARIEDADES.
1 debilidades del alma. Allí donde las
pasiones encuentran tanto combus- El Apostolado de la Oración perfec-
tible de provocación, en donde cam- tamente comprendido en su espíritu y
pean libremente el ojo y la palabra, organización, es un medio eficasísimo
y en que las corrientes sensuales se •dfe'propaganda espiritual, para atraer
tiasmiten, entre los concurrentes, suavemente al seno adorable del Co-
con pasmosa celeridad, no puede ser razón de Jesús á muchas almas como
el baile centro digno de espansión viven, muertas en la fé, alejadas, cada
por mas que el mundo l$s pinte con vez mas, de ese Centro de amor divi-
                                           no. ¡Cuan aceptable no ha de ser á Q.a
los colores mas brillantes.
                                           *•... •                Sw
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