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que con tanto empeño se dedican; en todas las esferas sociales el incen-

ella es mas importante, mas augusta. tivo material y la.negación absoluta

Ella se extiende al perfeccionamien- de Dios. Bajo esos principios, ateos y

to moral, al desarrollo de todas las disolventes, las sociedades y gobier-

•virtudes sociales y religiosas, al am- nos no existen histórica y filosófica-

paro del derecho adquirido, á la con- mente hablando, porque negando so-

servación de la fé, civilizadora por bre su autoridad otra de superior en

excelencia, y á la propagación déla el orden del Universo, destruyen de

verdad y de la justicia allí donde su seno la justicia que emana del de-

prevalezca el error, allí donde do- recho, y rompen el lazo de amor y

mine la usurpación. Sin embargo, caridad que tanto el Autor divino re-

nuestro siglo ha alejado á Dios de conoce y preceptúa en su Decálogo,

sus tronos y de sus gobiernos, de sus Por eso presenciamos en el siglo de

pueblos y de sus ciudades, y ha pre- las luces y en los pueblos mas civili-

ferido lanzar á la sociedad tras una zados, dramas de verdadera barbari-

civilización, sin ciencia, sin filosofía, dad, y como se destruyen las nació- .

sin verdad. En una palabra, ha pre- nes contra naciones, puebios contra

ferido asentar sobre cimientos de pueblos hasta sus últimos cimientos.

arena, sobre- elementos humanos, el Por eso también nos ofrece el siglo

edificio de su regeneración social, el civilizado el espectáculo mas omino-

porvenir de su dicha y felicidad. so que darse puede, de tener ence-

¡Cuanta insensatez!                   rrada la mas augusta de las Auto-

  Lejos, muy lejos está la verdadera  ridades sobre la tierra, nuestro ama-
luz del corazón de las potestades     do Pontífice León XIII.

temporales y por lo tanto, lejos, muy No, mil veces no; allí donde no hay.

lejos están del cumplimiento exacto Dios, no hay luz, no hay civilización,

de su alta misión y de su objeto prin- no hay progreso; allí donde impera

cipalísimo. Han excluido de sus con- el ateísmo, la iweligión, no hay ver-

sejos aquella ciencia emanada de las dad, no hay autoridad, no hay fé, y

leyes eternas, que comunica a las allí donde no existe la virtud, cam-

sociedades el esplendor y gloria que pea el vicio fuente y raiz de todos los

conquistaran tantos reyes españoles males que experimenta la sociedad.

en los pasados siglos; han borrado de —¿Las luces de nuestro siglo refleja-

sus documentos reales la divisa de rán, tal vez, en los rápidos adelantos

su fé y toleran hoy dia con escarnio de la ciencia materialista, en los pro-

de la moral y en fomento de la co- gresos de la inteligencia ó en la per-

rrupción de costumbres, que la fé de fección social? Mirad hombres obsce-

los pueblos se extinga, que sus creen- cados por la pasión lo que han crea-

cias verdaderas desaparezcan, que do vuestros sueños idealistas, vues-

se rompan las mutuas relaciones en- tras utópicas teorías, vuestras depra-

tre la criatura" y el Criador, y domine vadas doctrinas y escuelas de preva-
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