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XAVIER
Fotos: Pablito
Se h a dicho y escrito, y suponemos que no
sin razón, que si los catalanes, en lugar de ser
unas gentes apegadas al terruño, hubiésemos sa-
bido lanzarnos a la conquista del mundo, en el
sentido económico e industrial, la potencia ca-
talana sería imponente. Pero , a medida que la
economía del país progresaba, el freno de estas
salidas ha hecho que la presencia ex terior cata-
lana, fuese cada vez menor, y en consecuencia,
nuestros " embajadores" disminuyen constante-
mente. Bien, es verdad que se afirma que catala-
nes los hay en todas partes. Que en puestos
claves de varios países latinoamericanos, por
ejemplo, resuenan nombres nuestros, desde un
reciente ministro argentino llamado Mor Roig,
hasta un ilustre militar chileno que responde al
nombre de Prats. Pero, es indudable que la co-
rriente, , 1 • ..eón que daba América a los catala- otro país que no sea el nuestro. Cugat que lleva
nes, se na frenado. Pero, algunos nombres que-
dan, y uno de ellos h a brillado con luz propia
en el difícil mundo del espectáculo, durant e ge-
neraciones enteras. Y ahora, parece que tampo-
co puede resistir la llamada de la tierra. Y poco
a poco se desengancha de su Norteamérica, para
engancharse más y más a su Gerona nat al.
El lector habrá adivinado que nos referimos a
Xavier Cugat. Lejos ya aquellos días auténtica-
mente triunfales de "Escuela de sirenas" , y tan-
tas otras cintas que lo lanzaron en loor de popu-
laridad y multitudes, y un tanto afectado en su
salud, pero con un envidiable y joven espírit u,
hemos reencontrado a Cugat en plen o corazón
de la Costa Brava, y con una importante noticia
en los labios, que brindamos a los lectores de
"COSTA EXPRES", nos referimos a su reapari-
ción, que se ha concretado para finales de agos-
to, o primeros de septiembre, al frente de una
nueva orquesta pero, dejemos que sea el propio
Cugat quien nos lo explique:
- Mire, merced a unos buenos oficios entre
este dinámico hombre que es Enrique Sabater,
y la buena disposición de Manuel Serra, geren te
de un grupo no menos dinámico, hemos senta-
do las bases para esta posible reaparición mía en
Gerona, y precisamente en la Costa Brava. Ni
que decir tiene lo mucho que me ilusiona esta
proposición. Si podemos llegar a un acuerdo en
las fechas que usted ha apuntado, Xavier Cugat,
volverá a dirigir en Gerona.
-Creíamos que ahora iba a dedicarse de lleno
.a la pintura, para que la música fuese dándole
simplemente los derecholl de autor.
Esta era mi intención, pero la verdad es que,
ante una propuesta como la que me han hecho
6 coa• " .pres
CUGAT
VOLVERAA
ACTUAR
COMO DIRECTOR
de orquesta en 10
co_rto brovo,
a finc1 de verano
y sobre todo esto de poder presentarme en Ja
Costa Brava, vale la pena pensarlo.
-¿Irá_ello en detrimento de la pintura?
- Mire, pintar ha sido mi auténtica vocación.
En más de un sitio he dicho que soy músico de
casualidad, porque alguien me puso un día un
violín en las manos. Pero, es posible que tras la
popularidad que m e ha dado la música, pueda
ahora vender bien mis cuadros. Por tanto si he
de volver a mi música y con ello puedo satisfa-
cer una p etición que me han hechó la gente de
mi tierra, mejor que mej or.
Nostálgico de Gerona
Hemos dicho al principio de estas líneas que
los catalanes, no sabemos aclimatarnos a ningún
más de medio siglo en los EE.UU. va a decirnos
si se siente norteamericano o catalán.
-Nunca he dejado de sentinne de aquí. Con
mis hermanos que también viven en USA, ha-
blamos siempre en catalán. Ellos están asocia-
dos conmigo en varios negocios. Nuestro idioma
n os ayuda mucho, porque así podemos discu tir
como nos conviene, sin que nadie se entere.
-Entonces podemos decir que ha vuelto por
nostalgia.
-En los Estados Unidos t engo mucha más
popularidad que aquí. La de aquí es una popu-
larid ad por reflejo. Si Xavier Cugat no hubiese
t riunfado en los Estados Unidos, sino que hu-
biese p ermanecido en Cuba, donde pasé bastan-
tes años, creo que no tendría ni la mitad de
pop ularidad que ahora tengo en tre los m íos. En
cuanto a volver , sucede que en América el ritmo
de vida es muy exigente. Ahora que me he reti-
rado de las actuaciones públicas de m úsico, y
solamente grabamos, creo que puedo darme una
vuelta por acá.
- Ya que estamos en plena Costa Brava, ¿le
parece que hablemos un poco de lo que ha en-
contrado aquí?
- Adelante, aunque p uede que mis opiniones,
por sinceras, choquen a muchos. Es aquello de
las verdades y las amistades.
La Costa Brava vista por Cugat
El diálo110 lo sostenemos, como apuntamos,
en nuestra costa y para una publicación de la
costa. Veamos lo que Cugat opina de la costa de
su tierra.
- Aquí han pretendido imitar a las playas
norteamericanas. Con esos edificios enormes.
Les sucede algo semejante a los brasileños en
Copacabana. Pero , co.n la dif:re?cia que ~llí no
había un estilo propio. Aqu1 s1. El Mediterrá-
neo tiene una arquit:ctura, un e~tilo propios,
persona.les, inconfundibles. No entiendo porque
tienen que construir imitaciones.
- Señor Cugat , sucede algo elemental. Nos re-
ferimos al pre.cio de los terrenos. Me parece que
ésta es la razón que obliga a los norteamerica-
nos a ir arriba en sus edificios.
- Naturalmente, pero ello hubiera podid o evi-
tarse si ante esta situación se hubiesen tomado
las 0'portunas medidas. Ahora comprendo que
se pueda hacer p oco o nada.
_ ¿Vendría usted a vivir a la Costa Brava?
-Est oy buscando un terreno para construir-
me una casa, que naturalmente será de estilo del
país. Pero , los vendedores al saber qui en es el
comprador, quien soy yo, se les suben los sue-
ños a la cabeza Y venga pedinne millones. De
momento aún no estoy decidido, pues he de
asegurarme que no van a construirme un rasca-
cielos an te mi casa. Tampoco quiero quedanne
en una zona donde haya mucha gente. Hay que
seguir buscando. Confío en que aún habrá algún
rincón con estas caract erí sticas.
- Y ahora, ¿dónde vive?
-Cuando estoy con ustedes, resido en el
hotel " El Paraíso" de Llafranch, que es un Jugar
tranquilo y con muchas comodidades.
Su salud
Habían surgido noticias preocupantes sobre
la salud de Cugat. La verdad es que lo hemos
encontrado poco menos que radiante. Se le
aprec ia una ligera dificultad al andar, pero, nada
hace aparentar que su salud se haya resentido
¡ravemente. Dejemos que nos diga como se en·
cu entra .
-Gracias a Dios, estoy m uy bien . Pasé unos
momentos difíciles, pero la ciencia y mi buen
estado general han hecho el resto. Poco a poco
me encuentro mejor. Tengo que cuidarme, eso
sí, pero si respeto el régimen de comidas y eli-
mino el tabaco, como he conseguido hacerlo
creo que hay Cugat para rato.
- Lo del tabaco, no deja d e sorprendernos si
tenemos en cuenta q ue a lo lar110 de la entrevis-
ta ha tenido siempre una pipa en los labios.
- No se sorprenda, entre mis negocios en
América se cuenta una fábrica de pipas, y no es
un tópico. Al contrario, se venden muy bien.
Por tanto, y aparte de que tengo una gran colec-
ción de ellas, se trata de una propaganda. Tengo