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CRÍTICA PROCESO A LAS LETRAS
AIEJANDRO CABOIMA en un mal momento dentro del turbio mundo de los negocios.
El Demonio, a cambio de ayudarle le propone un crimen,
LA BARCA ünico pecado que le falta a Ricardo en su larga carrera de
SIN maldades. No tiene, materialmente que matar, sinó solo desear
la muerte, decir simplemente "quiero". óA quién? A cual-
PESCADOR quiera, por ejemplo a aquel marinero que cantando porque
al fin se ha comprado su barca, sube alegremente la cuesta,
Teaíro camino de su casa. Y al conjuro del pacto, un grito desga-
rrador, una ràfaga de viento negro sobre el despenadero y
—Colec. Teatro n.^ 401.— Ediciones AlfiL un pescador menos en la aldea... Però Peter Andersen tenia
Madrid 1964.— 68 pàginas. mujer, una madre y una barca. Y estàs cosas no murieron.
Aquí empieza. realmente la obra, alguno de cuyos personajes.
T A personalidad de Alejandro Casona, autor, entre otras como el de la abuela, tiene el perfil dramàtico de la Raimun-
obras de "La sirena varada", "Prohibido suicidarse en da, de Benavente, o la Bernarda Alba, de García Lorca, y le
valió a Luisa Rodrigo un Premio de Teatro, en Valladolid, por
primavera", "La dama del Alba", "Nuestra Natacha" y "La su interpretación de él en la última temporada. La obra es
casa de los siete balcones". no necesita presentación. Su eminentemente figurativa y el acto segundo, magnifico. Un
teatro, pese a que algunas de sus obras se estrenaren hace ya critico de tanto prestigio como Torrente Ballester ha dicho,
doce o quince afios, no ha perdido ninguna actualidad y por recientemente, que leer teatro dafia al teatro, pues la pieza
ello la reposición de las mlsmas tiene siempre honores de leída es, la mayor parte de las veces, también sonada y cada
estreno. Ello dice mucho a favor de un autor y obedece, a mi cual suena a su gusto e imagina los personajes. los escenarios
juicio, a que Casona no ha escrito un teatro costumbrista, y el ambiente, por lo que existe el riesgo de que estos no se
cenido a una època o a unas maneras. Su teatro es esenclal- ajusten a sus figuraciones cuando la pieza leída se ve repre-
mente dramàtico o Ifricamente imaginativo y el hondo sen- sentar. Però en el caso de "La barca sin pescador" es tal la
tido poético que preside la mayoría de sus obras, en las que fuerza descriptiva de los personajes, tan firme el hilo de la
se vale de un tierno humorlsmo muy "sui generis", hacen de acción y tan bien montadas las escenas, que uno cree estar
las piezas de Casona verdaderas obras maestras del Arte viviendo la obra desde la butaca del teatro.
Dramàtico Contemporàneo, habiéndose dicho de las mismas
que son sinceras, homogéneas, limpias, dramàticamente puras, Es làstima que un teatro tan magnifico como el que co-
tiernas y buenas. mentamos, clàsico y actual, al mismo tiempo, no se nos ofrezca
mas a menudo. al menos, por esas compafiías de aficionados,
"La barca sin pescador" es obra de difícil resumen. El tan abundantes y tan meritorias en Cataluna.
tema de la felicidad fingida fue abordado por el autor en "La
sirena varada" y en "Los àrboles mueren de pie". En la que MIGUEL PÉREZ CAPELLA
comentamos son el remordimiento y la ternura las que presi-
den la accíón, en un trasfondo o ambiente marinero, muy POESIA M« TIXIER
del gusto del autor. El argumento no es nuevo aunque si clà-
sico, siendo su planteamiento sugestivo, aimque la idea matriz A Lloret
fue esbo^ada ya por Rousseau y Eça de Queiroz: "En el mas
remoto confín de la China vive un mandarín, inmensamente Née de cette Còte Brave
rico, al que nunca hemos visto y del cual ni siquiera hemos Ensoleillée et jumelle
ofdo hablar. Si pudiéramos heredar su fortuna, y para hacerle De notre bnme Ar Mor
morir bastarà con apretar el botón, sin que nadie lo supiese... Lloret au doux nom de femme,
óQuién de nosotros no apretaria ese botón?". Déliee des yeux,
Repòs de l'àme,
Ricardo es un personaje egoista y cruel, que se encuentra Oü l'on ne peut qu'aímer
Et surtout pas haïr;
—6 — Que le Dieu d'Espagne
Qui te íii puré et belle
En tes simples ruelles
Te gardes le naturel