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BON NADAL - FELIZ NA VIDAD - BON NADAL - FEL/Z NA VIDAD - BON NADAL - FELIZ NA VIDAD - BON NADAL - FEL

* -.UNA TARDE CON EL DOCTOR...

ya en su infància. Por ejemplo, referente a mi profesión, me contaban mis padres que ya de pequefío
quería ser dentista. Yo no sé si seria porque las veces en que fui al odontólogo me impresionaban sus
instrumentos brillantes o por una bofetada que en cierta ocasión, al no estarme quieto, me propino un
dentista. En lo referente a mi atracción por Espafía sucedio igual. Mi deseo venia ya de la infància. De
hecho sucedía una cosa: Un primo mío, que después fue primer tenor del Orfeó Catalé —Hermann
Brunik— vivia aquí, en Barcelona, y yo venia a visitarie. Cuando veia ese cielo tan estupendo, esa cosa
tan maravillosa, yo me decía: En ese país me quedo. Me gustaba, ademés, la gente, la paz que había.
En Checoslovaquia entonces había mucho lío de política —matèria en la cual nunca me ha gustado inter-
venir— y aquí, por el contrario, era un momento tranquilo. Estàbamos en el aflo 1926, la època de Primo
de Rivera. Entonces, claro, tenia que convalidar mis estudiós, terminar otro. Por cierto que, en las cues-
tiones de medicina tenia alguna ventaja. Cuando vine a Espafía tenia veintidós o veintitres afíos. Recuerdo
entre mis primeros compafleros a Pedró Farreras Valentí, que luego fue catedrético de la Universidad de
Barcelona, y que, por cierto, murió muy joven.

   —Sigamos con su adaptación a la vida espafíola y sus estudiós.
   -Primero estudi*^ en Barcelona y Gerona, luego dos afíos en Granada y fínalmente en Madrid. Cuando
estudiaba en la Gudad Condal, solia hacer escapadas hacia Gerona y en una ocasión vine a Lloret de Mar.
Entonces Lloret era un pueblo lleno de paz y sosiego, con aquel paseo de los "americanos" lleno de jar-
dincillos. Una maraviUa. Al ver eso, quedé enamorado. Hice buenas amistades, entre las cuales recuerdo
a la familia del Sr. Pepito Vila, que era tanto como decir mi familia. Los Vilé eran de Gerona y a través
de ellos fui conociendo a gente de aquella ciudad y metiéndome en su ambiente, hasta que un dia surgió,
como consecuencia, la anècdota aquella de la corrída de toros en la que participé.

   La corrída de toros de Gerona —toros que eran becerros— es un tema grato para el Doctor Adler
porque se presta a la broma, que es algo muy consustancial con él. Cuando el aflo 1969 fue nombrado
Hijo Adoptivo de Lloret y tuvo que pronunciar un breve discurso ante el entonces Gobemador Qvil
Sr, Bemaldo de Quirós, que presidió el acto, recuerdo que también se saco de la manga esta anècdota
y el resultado fue que las mismísimas autorídades se partían de risa.

   —Però, iQué pasó, doctor?

   —Mira. A mi me dijeron: Vd. no puede tomar parte en una corrída de toros porque no tiene manza-
nilla en la sangre. Inmediatamente hice una apuesta decidido a intervenir en el festejo. El resultado fue
que me cogió el toro, quede asido entre los cuemos y como la capa tapaba los ojos del animal, fui pa-
seado así por toda la plaza, de cabeza para abajo y patas arriba, tan tieso que ya decían que me había
muerto. Finalmente me cogí del rabo y salí como pude por detr^, a modo de puerta de escape...

    Ademés, nos consta que ya antes se había entrenado por su cuenta a saltar la barrera, de dentro hacia
fuera. Por lo menos así lo explicaba el dia del referido homenaje : "Me entregaron un flamante traje
andaluz, con pantalon, chaqueta y gorra, mas unas lecciones de toreo en. la plaza de Gerona, ensefíàn-
dome los diferentes pases. —Però yo, por mi cuenta y bien solito, aprendí a saltar la barrera y con una
sola mano.—

    -Volvamos al tema. Lo teniamos estudiando en Espafía.
   -Eso. Cuando hacia la revàlida, vivia en un hotel. Lo de la revàlida era una cosa muy elàstica, desde
luego. Porque, ^cómo puede uno acordarse de tantas cosas y tantos reyes? Yo entonces tenia el pro-
 blema del idioma que se sumaba al de convalidar los estudiós que ya llevaba hechos en Alemania y que
 no había podido terminar, con lo que tuve que volver a pasar hasta por el bachillerato. Y aquí sí que
 había anècdotas buenas. Fíjate si no. Un dia en el examen de historia me preguntan por Enrique de
 Trastamara. Con ganas de quedar bien y pensando que ese nombre era catalàn, me destapé diciendo:
 Pues Enrique de Tras-tu-madre... Ya puedes imaginar la risa general. Entonces, el catedràtico me dice
 que le hable de Godoy. Godoy -le dije yo- era el amante de la Reina. Bien -respondió el examinador-
 Ya puede Vd. retirarse. Y luego agrego : Este hombre me empieza a salir con cosas particulares del
 Godoy y lo hago retirar porque luego los chicos dirían ^Qué es eso? Vino después el examen de pre-
 ceptiva literària. Estaba yo bien para meterme a analizar versos y poesías. El catedràtico, compasivo, me
 dio a escoger. Rebusquè por el libro y me quedè con una poesia titulada "Noche de Tormenta". Eso
 es lo que va a suceder conmigo ahora, le dije al profesor. Una autèntica tormenta. En física todavÜB la
 armé màs. Porque por difícultad lingüística yo confundía los rayos catódicos con los Reyes Católícos.
    — ÍY cómo se afíncó en Lloret?

    -Por razón de mis estudiós, precisamente. A mi, para estudiar, me interesaba un lugar tranquilo.
 Cuando venia a Lloret a través de la amistad de la familia Vila, veia que aquí eso era estupendo, però
 entonces solo había un hotel con cinco o seis habitaciones. En mis recorridos por el pueblo lleguè has-
 ta este rincón de aquí arriba y lo considere' el lugar ideal. Escribí a mi padre que me mandara dinero,

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