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EL IRIS

CARTAS EPISTOLARES.                 yo por ti, cnanto mas debo redoblar
                                    mis esfuerzos para que detu hermoso

                                    estado degracia, no caigas alabismo

                                    del pecado, para quede esaaltura ce-

A.&eXa á su hija                    lestial no deciendas áoscuros precipi-

                                    cios. Cuántas madres defamilia, des-

                                    pués que sus hijas han hecho lapri-

                                    mera comunión, ellas mismas las

Beflesiones importantes.—Elección de amigas acompañan al placer mundanal, los

                                    incitan ¡i que desplieguen todos los

                                    encantos de su belleza, provocando

                           asi su vanidad,incitándolas, conpro-
II. ceder tan malvado, al camino de su

                                    perdición y ruina! Yesas jóvenes ol-
Estimada Luisa: Tus amorosas an- vidan pronto á Jesús á quien poco
sias por recibir á Jesús sacramentado antes prometieron íidelidad y aho-
están ya satisfechas, has albergado gan en sus corazones aquellos dulces
en tu seno ese Pan celestial que es ecos que todavía el Señor hace re-
trigo d§ los escogidos y vino que en- tumbar en sus corazones! ¡Terrible
gendra vírgenes. (1) Dichosa tú, hija responsabilidad la de esas madres
mia, si sabes guardar en tu corazón imprudentes y sin conciencia queasí
tesoro tan precioso, feliz tu alma, si, conducen á sus hijas por la senda
unida para siempre al Señor delos de superdición, sin preveer que ellas
«mores, permanece constante y fiel á son lasprimeras víctimas detan cri-
su santo servicio!
                                    mivial conducta!
Si osa.recepción divina a que aca-
bas de asistir, en la edad mas inocen- ..Múltiples son, hija mia, los agentes
te de tu vida, fuera bastante para que tiene el mundo, para atraer á

asegurar tu salvación, si ese banque- sus umbrales las jóvenes que se de*

te augusto de que has participado jan seducir por sus encantos. De l$s

fuese suficiente para librarte por muchísimos con que cuenta para ob-

completo de las sujeciones del mun- jeto tan diabólico, solo voy á ocupar-

do, dé ese mundo fascinador tras el me de uno. reservando los demás pa-

cual no se consigue mas que lade- ra mis cartas sucesivas. Esta es la

cepción y la amargura, entonces, elección de amigas, que si la acier-

querida mia, cumplida seria mi mi- tas... dichosa tu que puedes tener

sión, mi conciencia estaría comple- motivos de santificación, pero si la

tamente traquila.                   ¡ equivocas tu quebrantamiento físico

Mas ay! que precisamente, en este, | y espiritual será inevitable.

momento, es cuando masdebo velar | Acerca pues, de ese punto de su

                                    ma trascendencia, vengo á hacerte

(1) Zacarías, 9—I".                 algunas reflexiones.            •
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