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EL IRLS                                  I)

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dables; por eso el santo Pontífice conserven en el seno de sus familias
acudió á los auxilios del cielo, colo- esa admirable devoción, como á'
cando á los defensores de la fé bajo agente eficasísimo para defendernos
la protección de la Santísima Virgen de'enemigos horribles que minan
á cuya intercesión fue debida la in- nuestra Religión, nuestra moral,
marcesible gloria alcanzada contra nuestra civilización cristiana.

el poder musulmán, después de tres Si en su origen, cuando el glorioso
horas de una lucha la mas sangrien- Sto. Domingo de Guzman, ilustre es-
ta quizás de aquellos tiempos. pañol, deploraba los males de su
¡Triunfo admirable que recuerda con época, especialmente esa guerra
noble orgullo la historia del siglo cruel que hacia á la fé, la secta de
XVI! La causa de la civilización pe los albijenses, el Santo Rosario fue
salvó, y Pió V ante favor tan señala- el arma poderosa que la derrotó, lo-
do obtenido de Dios, por intercesión grando .además, la reforma de las
de la Virgen, instituyó la fiesta de costumbres, la extirpación de los
nuestra Señora de la Victoria; y co-* vicios, la destrucción del error, ¿que
mo quiera que dicho Santo Pontífice no fuera hoy que tan corrompidas
para implorar su valimiento acudió están igualmente las fuentes de la
á la eficacia del Santísimo Rosario, á vida social, que tan preponderantes
favor de los soldados españoles, orde- se muestran las sectas favorecidas
nó que la fiesta de nuestra Señora de por elementos altos -y bajos, aristo-
la Victoria, fuese al mismo tiempo cráticos y plebeyos, si esa devoción
la solemnidad del Santísimo Rosario. del Santo Rosario fuese debidamente
Y mas tarde, El Papa Gregorio VIII, rezada en público como en particu-
reconociendo que la batalla de Le- lar, en el taller del obrero, como en
panto ganada contra los infieles se el salón del poderoso'?
debía á esta devoción, «ordenó,, en
justo reconocimiento ;'i María, que        Si los pueblos y familias tuvieran
perpetuamente se celebrase la solem-     mas fé. comprendieran la" fuerza tle
nidad del Rosario al primer Domingo      esa devoción espiritual, santa y divi-
de Octubre.»                             na; que es el antídato mas eficaz pa-
                                         ra la curación de los males que nos

No nos ocuparemos en desarrollar afligen, para la confusión de las sec-
los perfiles de esa apopeya memorable tas que nos deshonran, para humilla-
• de nuestras armas que fue una de ción de ese espíritu del siglo que to-
las mayores glorias del santo Pontifi- do lo diviniza, menos á Pa Divinjdad,
cio Pió V, y de nuestro rey el g'ran- ¿con que cariño abrazarían esta de-
de Felipe II;, aprovecharemos, si, la voción, con1 que solicitud nó la gene-
ocasión, en vista de los grandes ralizarían entre sus individuos, con
bienes que Dios dispensa á su pue- que respeto, y sobre todo, con que
blo por intercesión del Santísimo Ro- fruición y amor no. Contemplaríamos
sario, recomendar á nuestros lectores todos los grandes misterios que en-
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