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cierra? Abracémosla. pues, en todas brados, ¿que harán esos seres desdi-
las situaciones «le nuestra vida. Ella chados cuando jóvenes, lanzados en
será pura nosotros la coluna de fue- medio de una sociedad eg'oista y sen-
go del pueblo hebreo que abrasará sual, con una instrucción toda ver-
nuestros pechos de amor divino, la dad que fortifique sus facultades, sin
vara de Moisés que abrirá paso á la una luz sin celaqes que guie su co-
verdad, sepultando en el abismo los razón por los senderos de la virtud?
satélites de la mentira, la espada de ¿Qué ley humana será capaz para
Miquel que ahuyentará nuestros ene- contenerlos en sus deberes? ¿Qué ley
migos, y la esperanza, en fin, de un refrenará sus pasiones cuando se
dia no lejano, de ver entronizado en desencadenen y desborden?
el mundo el reinado social de Jesu-
cristo. Corramos cortina, señores, denso
velo á ese cuadro pavoroso de un .
ROSENDO ALBERT. porvenir desdichado para quien ha-
ya recibido una instrucción viciosa
Discurso ó descuidada, y gocémonos ante la
risueña perspectiva de que aún nues-
pronunciado por el joven Director del tra sociedad, en el seno mismo de
Colegio Blandense, al terminar los esta población, se cobijan en su seno
exámenes de los alumnos que á él centros de instrucción esencialmente
asisten. educativos. Y sin ese carácter del to-
do indispensable, que fuera de ese
(Conclusión.) elemento civilizador? ¿que era en los
pueblos antiguos la instrucción sin
Y en este punto, señores, permi- esta base? Escuchad: Esparta fija su
tidme una corta digresión ante ese gloria en los combates, á ella dirige
cuadro social que la instrucción nos toda su atención, y sacrifica para
presenta, para que resalte más y más conseguirlo todos sus hijos. Su ins-
la necesidad de la instrucción que trucción es escencialmente militar,
eduque las sublimes facultades del y para nada cuenta el desarrollo in-
corazón. Cuando vemos á millares telectual del niño, como no sea á,
de niños desgraciados erece^sin co- adquirir una fuerza y desarrollo cor-
nockniento 'alguno de Dios, ni de su poral para hacerse superior á los de~
ley Santa, sin moralidad en sus ac- más pueblos. Atenas da, un paso mas
ciones, ni respeto á los autores de su á la educación de sus hijos; forma
existencia, haciendo escarnio de los su corazón en el espíritu dé las cien-
principios mas sagrados para toda cias, tiende con su instrucción á
sociedad civilizada, sus tiernos la- ensanchar sus conocimientos; pero
bios pronunciar palabras estúpidas falta de base para sostener los erro-
y soeces, nos preguntamos asom- res de sus sabios, mas tarde cae de
su elevado pedestal, sobre el cual