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EL LLORETENSB.

La Lotería en relación con el aliorro.  país de la desconfianza, que es el cáncer del
                                        comercio, como que sus resultados son mezqui-

                                        nos sin la valiosa ayuda del capital, este será

                                        reclamado y absorvido á fin de acrecentar más y

                                        más la producción económica. La verdadera pro-

ÓLO los miopes de la esperiencia y de la tección obra, con respecto alas industrias de un

moral, pueden dejar de reconocer los fu- país, del mismo modo que la tutela y lá cúrate-

tos y numerosos defectos de la Lote- la para con los menores de edad; les dá la fuer-

\ey J'la; defectos de los cuales no hemos za y poderlo que les falta, y la seguridad, ó,

hecho más que apuntar algunos que nos han cuando menos, la probabilidad de vender sus

parecido cardinales. Ellos nos llevan, como de productos de una manera conveniente y útil. Lo

la mano, al estudio de los medios que paeden á contrario acontece cuando las empresas econó-

lo menos restringir la extensión del vicio de ju- micas carecen de probabilidades de alcanzar su

gar, y á la indagación del motivo por el cual el objeto, que es el lucro, DO siendo protegidas de

Estado mantiene, en nuestro país, esa institu- un modo tal que puedan luchar, con armas igua-

ción rentística, no obstante y no justificarse an- les, en la concurrencia del estrangero. Entonces

te los preceptos de la Moral, del Derecho penal la industria languidece y el capital no es recla-

y de la Economía política.              mado. El juego distraerá de su verdadero em-

Es indudable que las instituciones políticas pleo al capital, y éste no mantendrá aquella In-

de un país influyen poderosamente en el des- tima unión con el trabajo, que aconsejan los

arrollo ó en la desaparición del juego. Si una na- más sabios economistas, por ser el alma y la

ción tiene la inmensa ventaja de que su Consti- producción.

tución política externa se mantenga en perfecta Las costumbres de un país influyen también
harmonía con sus usos y costumbres, su cultura, en la extensión del juego, y todo lo que tienda á
su estado de civilización, su historia y sus tradi_ morigerarlas, deberá contribuir, indirecta pero
ciones, como quiera que la consecuencia riguro. poderosamente, á la obra de la extirpación del
sa de todo, esto, consiste en que disfrutará de afán de jugar á la Lotería. La historia de nuestra
paz y de tranquilidad y, por consiguiente, de or- administración, nos dice que el juego es un vicio
den; salta á la vista que la industria, la agricul- bastante generalizado en todas las épocas, y que
tura y el comercio reclamarán los capitales, ha- en ellas se presenta más ó menos desarrollado
ciéndoles entrar en la senda más productiva. El según sean las costumbres y los acontecimientos,
trabajo invade entonces el campo de la ociosi- principalmente políticos. El juego en consecuen-
dad. Por el contrario, en aquellos otros países cia, es muy difícil de extirpar, tanto más cuanto
que, á consecuencia de que su constitución in- porque el Estado lo fomenta por medio de la Lo-
terna está en pugna y lucha con los ideales de tería y de los premios que ofrece á los empleados
perfección, que proclaman las teorías políticas que mejor han sabido extenderla. El vicio de ju-
que no buscan amoldarse á los productos espon- gar seria de más fácil extinción si se viese limi-
táneos de la historia, son ocasionados á pertur- tado en virtud de la desaparición de la Lotería.
baciones y trastornos en su régimen político, no La Lotería es una de las rentas que están
puede menos de suceder que, el capital mueble, amenazadas de muerte. En nuestros tiempos va
se desvíe de sus fuentes productivas, y se enca- desapareciendo con lentitud, y la dificultad más
mine al juego, á la Lotería, ó bien se vaya al grande que á ello se opone, es la misma que ha-
estrangero, obedeciendo á su naturaleza eminen- ce que aún existe el monopolio del tabaco, ó
temente cosmopolita. Influye, pues, poderosa- sea, la importancia de la suma que proporciona
mente en laestensión del juego, la mayor ó me- anualmente al Estado, y la dificultad de su sus-
nor probabilidad de perturbaciones en el régimen titución en el presupuesto de ingreso, mayor-
político de un país, ó sea la estabilidad mayor mente hoy que son tan crecidos los gravámenes
ó menor de sus instituciones.
                                        que pesan sobre los contribuyentes. Mas no du-

Otro medio, que por si mismo se recomien- damos de que llegará una época en que las car-

da como extirpador del vicio de jugar, consiste gas públicas no sean tan considerables como

en la debida protección y tutela que debe dis- ahora, y entonces, pudiendo el Estado apelar á

pensar la ley á las instituciones económicas del otros recursos más indicados, desaparecerá la

país, si quiere verlo rico y floreciente, dando una Lotería de entre nuestros medios de renta. Y

espansión sin límites á sus fuentes de vida. Si el aquí no podemos dejar de mencionar el Decreto

Estado, valiéndose de una tutela racional, neu- que, en 12 Noviembre de 1868, dio el Sr. Figue-

traliza las ventajas que, en la concurrencia, ofre- rola, á la sazón ministro de Hacienda, en el cual

cen las industrias del estrangero, libres las del indica las causas .por qué se mantiene aún la Lo-
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