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EL LLORETENSE.
los desastrosos efectos que el rayo lleva consi- en donde hay tantos, que su mayor gloria ypres-
go; y en efecto, el mismo Franklin probó al mun- tigio consisten en hacerla desaparecer del globo
do entero la utilidad y eficacia de su invento, co- en el menor tiempo posible.—S.
locando una barra vertical terminada en punta, .-
en el tejado de su casa, y haciendo comunicar 0mión literaria.
el extremo con la tierra, á la que pasaba tran-
•quilamen'te la electricidad de la nube, advirtién-
dole de que su aparato estaba cargado con el
fuego del cielo, el sonido de una campanilla, in- ¡Grato recuerdo de feliz día .
terpuesta entre los dos extremos de la barra ver- • Curia,y origen de dulce amor...!
tical. La teoría estaba, pues, confirmada plena-
mente con la práctica, y con justo título pudo Yo desde entonces miró en la mentó
-decirse de Frankiiu que Eripuit ccelo fulmén. La bella imagen de mi ilusión.
Hoy alejado, triste deploro
Excusado es advertir cuan peligrosa es la ex- No ver tus ojos ni oir tu voz
periencia de la cometa, base y fundamento de los Y con latidos que agudos siento
para-rayos, sobre todo á la aproximación de una Claro lo dice mi corazón.
tempestad; pues las chispas que se producen son
Desde aquel día vive en mi pecho
La llama ardiente de un puro amor.
•de un considerable tamaño acompañadas de de- Sola tú, Carmen, sola tú tienes
tonaciones semejantes á pistoletazos, por cuya La llave mágica de mi ilusión.
razón nunca será prudente repetirla.
Si un si corona mis ambiciones
El invento de Franklin, estudiado y aquilata- Seré tu esclavo y adorador,
do en todos sus detalles posteriormente, ha pro- Y entonces loco de la alegría
Dirá extasiado mi corazón:
porcionado á la humanidad de un arma suficien- «| Grato recuerdo de feliz día,
te para defenderse de las descargas eléctricas de Cuna y. origen de dulce amor...! •>
las nubes, aunque triste es decirlo, no está to- SALVADOR SOLER Y DE BATLLE.
davía, principalmente en España, tan generali-
(Gerona.)
zado como su bondad y útiles resultados mere-
cían, y muchos de los existentes son más bien
"••'udiciales, bien por la alteración que en ellos
aa de producir naturalmente la acción de los'
agentes atmosféricos á que constantemente se (BOCETOS DEL NATURAL. )
hallan expuestos, ó también porque en su colo- I.
cación no se tuvieron presentes las reglas que la ORRÍA el año 186
ciencia aconseja y conviene por esto mismo no
olvidar. La marina de Lloret estaba en un esta-
do floreciente haciendo abrigar á másde
Los cuidados que exige la colocación de los un pecho las mayores y más lisonjeras
para-rayos, si han de merecer realmente su nom- esperanzas.
bre, son prolijos y numerosos, en los múltiples
detalles de que constan, y que las investigacio- La hermosa y pintoresca playa convertida en ar-
nes científicas han puesto de relieve, los cuales senal, llevaba el sustento á muchas familias de tra.
con harta frecuencia desconocen ú olvidan los bajadores que se ocupaban en la construcción de los
espíritus rutinarios ó empíricos, y de aquí los buques, y la animación, viday armonía de la socie-
frecuentes casos de incendios de edificios, á los dad lloretense calmaban el encanto que la rodea.
Como perla incrustada en la deliciosa costa del
Mediterráneo, la villa de Lloret se asienta medio re-
que sus mal llamados para-rayos no han podido clinada sobre las faldas de los montes que la circun-
preservar de las descargas eléctricas; pero estos dan, adormecida con el perenne arrullo de las olas
hechos nada prueban en contra de la utilidad de que lamen su planta.
la invención, pues siempre ha quedado demos-
trado que en tales casos aquellos no eran para- Hoy no admira el viajero la grata confusión de
rayos más que en el nombre. aquellos braceros y ^marinos... La marina de vela
sufriendo una muerte lenta ha ido sumiendo la pla-
No me es posible, en corto espacio, entrar en ya en lánguido silencio.
la descripción completa del asunto, fijando las
partes de que se compone el aparato, y las re- Pero la Naturaleza, pródiga siempre, ha den-ama-
glas que deben seguirse en su construcción é do susjbellezas en derredor de este grupo de blan-
quísimos Hogares, dando al campo flores, frutos y
verdor, y un cielo azul, puro y diáfano en el que
instalación; pero sí diré que son delicados y pre- brilla esplendente la faz del sol.
cisos los detalles que no deben descuidarse en II.
la práctica, so pena de perder la eficacia de un Era Enrique un joven como de 22 años, de ros-
invento que tiende á protejer la especie humana, tro noble y espresivo y de corazón virtuoso y recto;