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jes constituidos que la toleran y patro- pasará de ¿er acto puratnente humano,
cinan. externo, el cual, como todos los del
No hay que dudarlo, tarde ó tem- hombre, no tiene el ascendiente ni do-
prano, la simiente ha de producir ^u minio absoluto en el fuero interno de
fruto; Jas ideas que se difunden sin SU conciencia El resorte; que ha de
precaución," las doctrinas que se es- mover, que ha de esciíar que ha de po-
tablecen sin temor, la libertad que se ner á su centro la descompuesta má-
concede sin límites, y el triunfo pasa- quina de la sociedad, es de un alcance
gero de una tolerancia mal compren- superior á la criatura, procede de una
dida erigida en culto, ^ a de producir causa invisible y cuyos efectos se dejan
f^íz^Samente consecuencias desastro- sentir de una manera maravillosa por
sas en los espíritus y corromper á la las sensaciones que produce y por las
juventud estudiosa, educada bajo la in- transformaciones que opera. Bajo su
fluencia de una atmósfera asaz impura influjo renace la autoridad con todo su
y asfixiante. Aunque los Gobiernos se prestigio, la justicia funciona con infle-
esforzaran en dotar á los pueblos de le- xible equidad y la verdad alumbra el
yes sabias y prudentes que desarrolla- entendimiento humano sumergido en
ran los elementos que forman su ri- un océano de errores. El hombre re-
pueza material; si no fundan aquellas cobra su dignidad, la famillia se rodea
en los principios morales á que han de de una atmósfera saturada de paz y de
acomodar sus acciones y sujetar todos amor, y la sociedad, en fin, reflejo de
sus actos, en vano buscarán la felicidad las virtudes domésticas, marcha cons-
de la Nación. Los pueblos, como los tante y firme por Jos caminos de la
individuos, no se alimentan tan sólo santificación. La influencia, pues, de
del pan material ó del trabajo; viven, ley moral en Consonancia con los pre-
progresan y se perfeccionan á ]a som- ceptos divinos de la Religión católica,
bra de leyes saturadas de un espíritu es innegable en los destinos de la hu-
verdaderamente cristiano, sin el cual manidad y en la conciencia de todos
no se arraigan en las naciones los sen- los hombres, como lo es también la in-
timientos cíe amor á la autoridad, á la suficiencia de su razón, cuando por si
justicia y á la verdad. Destruyanse ¿sos sola pretende legislar é imponer mate-
elementos que garantizan la seguridad rias a que no, alcanza su limitado en-
de los estados, y el edificio social se tendimiento1
desmorona por sólido y robusto que La educación moral católica, respon-
parezca. El poder y la fuerza material de en todos tiempos á las necesida-
no bastan para reducir al hombre en des del hombre. En todos IQS pe/íodos
el conocimiento de sus deberes, ni de su vida debe fijar en ello su aten-
contener la sociedad en el desborda- ción, no tan solo por su necesidad é
miento de sus costumbres; porque por importancia, como por el objeto final
eficaz que sea su acción, por acertadas á qu% encamina sus"pasos.
que sean sus medidas, su autoridad no
En todos los centros de enseñanza,