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EL IIWS

ña esta cuestión, al compararla con la da como asunto preferente por los

sencillez de las pasadas generaciones. hombres amantes de su bienestar! Po-

En el estado actual, las familias se drán progresar en el desenvolvimiento

han creado nuevas necesidades que de la industria, de las artes y de la

desconocían nuestros pasados abuelos. ciencia; pero retrocederán en virtud y

Sus deseos y aspiraciones fomentadas moralidad.

constantemente por la marcha del pro- Para que la educación doméstica sea
greso material, han apagado los ade- una verdad, y responda á la nobleza de
lantos morales, y extinguido de los co- la naturaleza del hombre, deben desa-
razones los actos de virtud y de pie- parecer de la familia muchos de los
dad. El padre para satisfacer las exi- elementos vitales que hoy constituyen
gencias sociales, tiene que lanzarse en su ser, y sustituirlos por btros de más
empresas temerarias, y absorta su aten- vida moral y de más pureza de doctri-
ción en el estudio de como podrá lu- na.
crar en sus especulaciones, olvida por A la ignorancia de los padres, opo-
completó el deber que se ha impuesto ner la luz de la instrucción, que
la Providencia al concederle fruto de les dé capacidad suficiente para el des-
bendición. ¡Cuántas lágrimas, más tar- empeño de su sagrado ministerio; á la
de, no derramarán esos padres indis- carencia de fuerzas morales, conse-
cretos por conducta semejante! ¡Y la cuencia de la debilidad de carácter, la
sociedad cuánto tendrá que temer de conciencia ilustrada de su deber, por el
miembros sin educación!
                                         bien temporal y eterno que consigue

  La falta de buena instrucción en el    quien cumple fielmente sus obligacio- '
seno doméstico, es la causa de ese cua-  nes, y á los errores y preocupaciones
dro sombrío que se dibuja en la mayor    que ciegan al común d-e los padresr
parte de las familias. El peor de todos  respecto á la educación de sus hijos,
los males, es la carencia absoluta de    las dulzuras que comunican esos dos
ese elemento de vida, de luz y de amor   ángeles de paz que velan el sueño de
que disipa la neblina de la ignorancia,  la humanidad: la virtud y la instruc-
y los errores de la superstición.        ción.

El sentimiento religioso, ilustrado Así el problema se habrá resuelto, su
por la fe y fortificado por una buena solución será verdadera, la educación
enseñanza, es el antídoto jmás eficaz doméstica, al influjo de esos elementos
para levantar á la familia de la postra- hará florecer las virtudes cristianas,
ción en que moralmente yace, y reno- proscritas en su interior y la genera-
                                         ción que pasa y la que viene, podrá
var el edificio social.
                                         edificar segura el edificio moral y ma-
  La familia es el afluente más legíti-  terial de su porvenir.
mo de e*se mar insondable que llama-

mos sociedad: de ella depende su salva-          ROSENDO ALBERT.

ción ó su ruina, y, ¡ay! de los pueblos

cuya educación doméstica no es mira-
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