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MEDITACIONES
La mayoría de los paseos marítimos de nues-
tros pueblos, más bien podríamos decir las cons-
trucciones de primera fila, guardaban todas un
sabor marinero, que era lo que les diferenciaba
de los demás. Sólo unos pocos de nuestra Costa
Brava, han sabido salvaguardar este patrimonio.
Fue éste, precisamente, el anzuelo que atrajo
a nuestras costas los primeros turistas. Cuantas
veces hemos oído, a los turistas que venían año
tras año, decir que "no venimos a España para
ver rascacielos, cafeterías elegantes ni murallas
de cemento, de esto ya tenemos bastante en
nuestro país, venimos para disfrutar del paisaje,
de su tipismo y de este sabor marinero que no
se puede trasplantar ni comprar con dinero".
Si los hombres responsables de dirigir nues-
tras naves administrativas y turísticas, hubiesen
sentido correr por sus venas un poco de esta
responsabilidad y haber pensado en el día de
mañana, seguro que no habrían permitido se
destruyera lo que toda gran ciudad o pueblo
llama el casco ·antiguo, que en definitiva es el
fiel exponente de una raza, una civilización y
un atesoramiento de historia creada a través de
cientos de años.
Hemos ido destruyendo la personalidad que
diferenciaba a cada uno de nuestros pueblos,
sin contar que al destruir todas estas virtudes
que atesoran en su historia, no existe nada que
pueda suplantarla, ni despertar al visitante un
sentimiento que le obligue a recordar ninguna
de nuestras virtudes de antaño.
Tal vez una de las cosas que habríamos de
desterrar de nuestras calles son esos bazares de
acera que de tddo tienen menos de tipismo, si
es que consideramos tipismo a que se parezcan
a un calle de la "Casba" de Argelia o de Ma-
rruecos.
Antes de la invasión de los "Hippis", estos pa- madas".
seos marítimos, la mayoría de etlos eran habita-
dos por familias marineras, o de la colonia ve-
raneante. No pudieron resistir las ofertas que
se les hadan y se fueron convirtiendo en mo-
destos Hoteles, que no llegaban a pasar la mayo-
ría de ellos de una tercera categoría. Hasta esto
se hizo mal.
Los marineros se fueron quedando sin casas,
algunos de ellos hasta sin sus barcas, a la juven- Las personas responsables, no creen que esto
tud ya no le atraía esta clase de pesca, prefería reglamento dice: "Aparcamiento: Cada estable-
la pesca en tierra. La voz de la conciencia se le- cimiento o conjunto de alojamiento dispondrá de
vantó, no podían quedarse los viejos marinos facilidades de aparcamiento, debidamente ·pro-
sin hogar, se les había de construir su barrio de' tegido contra las inclemencias del tiempo, según
pescadores y a alguien se le ocurrió que nada las características meteorológicas de cada zona,
más acertado que construirlo en la montaña, al a razón de un turismo . por cada cinco plazas,
pie de la carretera general, creyendo que tal vez como mínimo, de las que oficialmente disponga
se podía convertir en una atracción turística, al según su capacidad autorizada".
tratarse de un barrio de pescadores.
Ahora sólo falta para completar la efigie de "Los aparcamientos estarán situados, en todo
la mujer marinera, que señala el camino que caso, a una distancia no superior a doscientos
emprendieron nuestros marinos al ir al Nuevo metros de la entrada principal".
Mundo, que el Ayuntamiento coloque a un ma-
rino que indique donde está emplazado el po- Sobre este artículo, ha habido algunos indus-
blado marinero; que de todo hay en la viña triales que tomándoselo al pie de la letra, a fin
del Señor, pero de lo que hay menos son ma- de que les fuera autorizada la construcción y sus
rineros. infraestructuras, hicieron su garaje, pero al cabo
de un tiempo, encontraron más rentable conver-
Como marco de entrada del pueblo tenemos tir dichos espacios en otra clase de negocio.
una bonita señal, con la gran ancla, que nos Existiendo la calle para aparcar los coches, se de-
hace recordar que Lloret fue villa de navegan- cían ¿para qué queremos los garajes? Otros,
tes. A la salida del pueblo, su pintoresco pobla-
do dé aquellos navegantes, con una brisa de más osados, no han hecho ni una cosa ni otra,
sabor marinero, que uno se ahoga con los gases
de los coches, será buen remate. ni tampoco han dejado espacio para aparcar sus
autocares cuando éstos tregan llenos de turistas.
Les resulta mucho más cómodo, con la aquiescen-
cia. de ta· Autoridad competente, parar la circu-
lación, para que bajen los· turistas y descargar
Desde hace un tiempo a esta parte, cuando ya las maletas, y el que venga detrás que se aguan-
queda poco para destruir, se han levantado las te. Si alguien se atreve a protestar por esta ano-
voces en defensa del paisaje, se nombran dele- malía, salen los Directores del Hotel gritándole
gados para que vigilen y den conocimiento de
Y contestan con los chóferes que ellos están tra-
bajando.
posibles atentados a la naturaleza. Pero en uno A otro hotelero, que hace poco terminó su
de nuestros pueblos se da el curioso caso, que Hotel en la categoría de tres estrellas, me atreví
se nombró para este cometido a un señor que a preguntarle por su garaje o parking. El hom-
convirtió una montaña en un poblado de "nó- bre, sin titubear, levantando el brazo con uno
de sus dedos como si fuera Cristóbal Colón, me
enseñó el camino de las Américas. No hice el
Comentando tal ironía, me dijeron: no me menor comentario, ya que me exponía a que se
negará Ud. que en verano todo aquel colorido sacara de la bocamanga un artículo de la Ley,
de tiendas, que parecen suspendidas por la na- en el que me pretendiera demostrar que iba
turaleza, también tiene su encanto. equivocado. Así el hombre se quedó tranquilo,
creyéndose que me había conv~ncido.
Que la reglamentación dice que esta clase de
"poblados" deben estar situados bajo la pro- Como decía mi buen amigo del Arco, al final
tección de árboles o sombrajos, que más da. de sus entrevistas, como coletilla: Que lo arregle
el que disponga de jurisdicción para hacerlo.
sea un delito de lesa patria y, para reconocerle Yo sólo me limito a exponer los hechos.
les servicios prestados, le hacen noml:irar dele-
gado para que cuide y salvaguarde el paisaje
de los demás.
Sobre la construcción de Hoteles existen tam- ROMAN
bién unas normas de infra.estructuras, que tam-
poco se cumplen. Al artículo séptimo del citado
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costaExprés 9