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POLÍTICA
y deípués de tanto trempo, no se ha llegado aún a una conclusión satisfactòria? Por otra
parte, Rusia ya ha dejado un vislumbre sobre el pacto de no agrcBíón entre los países de
la N.A.T.O, y los que integran el Pacto de Varsòvia. Esto es dar de antemano por per-
dida la unificación de Alemania. Admitimos este pacto siempre y cuando en Alemania
Oriental hayan unas elccciones libres; de no ser así, no se puede llegar a una aolución.
Estàs causas son mas qua íiindadas para que el Pacto de Moscú no sóío no nos aca-
be de convèncer sinó de inostrarnos poco opdmistas hacia esa Ilamada «puerta abierta»,
Por el contrario, la puerta esta cerrada, Totalmentc cerrada. La esperança ha puesto otra
vez su nota de colorido en esta monòtona tensión nuclear, Una esperanza inuy de si-
glo XX. con una autèntica angustia vital.
jOAQUIN ESCUDERO CUEVAS
i
De Gaulle: La espina de Europa U. S. A . ; Kennedy. —No tanto como usted, ten-
prensa inmediata a la firma del Pacto, La • • . dra que aprender.
razón es tan poderosa, tan aplastante, que
huelgan comeníarios. Francia y con ella el Dialogos humorísticos Explesión sideral
Mercado Común, ticne que tener su fuer-
za atòmica. No todo van a ser malas caras y Kennedy, —-/No le interesaría que los
desaires. Kennedy y Kruschev han sa- EE. UU. y la Uniòn Soviètica llegaran
Ni Alemania ni Itàlia pueden tenerla. La bido coger esa faceta humorística de juntos a la Luna?
(iriuiera por resultas de la úJtijna conticn- la vida como un alto, una pausa, en
da, la segunda por su sítuacíón econòmi- sus conferencias de alto nivel. En me- Kruschev. ^Nyet. (No).
ca, que no le perniite el lujo de crear otro dio de esa enorme respocssabilidad de Al cabo de dos anos es Kruschev el
presupuesto nacional. Los Países Bajos no la fuerza nuclear, responsabilidad que qu2 intenta atraerse a ios E E . UU, pa-
ticnen capacidad suticiente para ella. Però ellos mismos y las circunstancias han ra una ncción conjunta.
todos pueden colaborar. iPor qué no crear forjado, surge la nota casi còmica. Pe-
un fondo entre todos los países del Mer- rò la sagacidad de ambos no les hace L.aa ee<dad
cado Común de acuerdo con las posLbili- perder, dentro de esa comicidad. c!
dades de cada uno de ellos? Resulta eno- hueco por donde se entrevé fàcilmente Kruschev. —Si yo fuera tan joven
joso pensar en forjar otra arma, con sus sus respeccivas ideotogias. como usted dedicaria mas energia a la
presupuestos astronómicos, cuando existe causa comunista, Aún ahora a los se-
tanta gente, incluso en Europa, que vivcn Los primeres contactes senta y siete anos, todavia no renun-
con tanta penúria e incomodidad. La solu- cio a competir.
ción la ha dado De Gauüe, jDestruir todos Ideologia:
esos ingenios nuclearesl De no ser asi, de Kruschev. —Si Kennedy hubiera na- Kennedy, —ïQuè hacia usted a los
nada sirven las suprcsiones, ya que Europa cuarentfi y cuatro afios?
se encuentra en una inferioridad absoluta, cido bajo ia hoz y el martillo habría
inferioridad que ya empieza a ser notòria sido un buen comunista. Kruschev, —Era jefe de la comisión
en otras facetas que no estriban solamente de pianos de Moscii y miraba al futu-
en la de la Euerza. Kennedy. —Si Kruschev hubiera na- ro cuando lucra la cabé sa del poder
cido en Iowa podria haber sido un po- comunista,
La puerta està cerrada litico local.
Kennedy, —A los aesenta y siete anos
La gran esperanza del inundo ha con- Primavera de 1961 me gustaria ser el jefe de la comisión
sistido mas que en la firma del Pacto en lo de pianos de Boston.
que han denominado «puerta abierta» para Los crrores:
otras conversaciones favorables que pue- Kennedy, —Nosotros admïtinios nues- Kruschev. —iO tal vez de todo el
dan disminuir esta tensión actual. Desde mundo?
hace unos meses se halla reunida la con- tras equivocaciones. íAdniiten ustedes
ferencia de! desarmc en Ginebra. íEs que alguna vez las suyas? Kennedy, —No, Boston seria sufi-
podemos Cener esperanza en este Pacto ciente.
cuando en el desarme que es fundamental, Kruschev (prontamente). •—Admitimos
las de Stalin. El celex-rojo, mecanismo automàtico
que pone en comunicación a ambos di-
Kennedy. —Esos crrores no son su- rigentes para evitar un mal paso en lo
yos. referente a la fuerza nuclear, puede ser
también objeto presencial de dialogos
Confl icto ruse-chine humorísticos de este tipo entre estos
grandes de la política mundial. El te-
Kennedy (cita provcrbios de Mao lex-rojo, a pesar de la bondad con que
Tse T u n g ) . •—«El poder politico crecc se ha creado, entre bromas y veras, no
en el poder de los canones* y «El via- creemos que sea un factor importante
je de mil millas comienza con un paso». para exterminar ese grandioso peligro
que se cierne sobre todos nosotros: La
Kruschev. —Usted parece saber mu- guerra nudlear.
cho acerca de los chinos.
E.
(De la prensa diària,}
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