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SUEfJO DE UNA NOCHE DE P R I M A V E R A

CUENTO DE CIENCIA-FICCIÒN

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                                            Bodos soriamos. Según afirman los especialistas, soPíamos cada noche una o dos veces. Re-
                                     cordar el sueno a primera hora de la maRana, depende de la Intensidad del mismo y de que, po-
                                     siblemente, esté cercano el momento de levantarse de la cama. Mi suefío de hoy, grato, no debò
                                     guardarlo o perderlo en el complejo sistema de neuronas, ya que el tema pertenece a la vida llo-
                                     retense.

                                             Antes que olvide, cosa que suele acaecer en minutos, digo, en segundos, corro al magneto-
                                     fón y grabo, lo mejor que puedo, la psicodélica historia.

                                             Algun di'a, el magnetófono, entonces vi'deofono, se conectarà directamente al oerebro,
                                     mediante esos cables de contacto que dejan la cabeza como en una peluquería de sefíoras, y cap-
                                     tarà no solo el relato o dialogo, sinó también el colorido del escenario y todos los matices de la
                                     tercera dimensión, incluso los aromas embriagantes, cuando la acción transcurra en "platós"
                                     apropiados.

                                             Transcribo directamente de la cinta magnètica. Però antes de continuar es necesaria una
                                     advertència o aclaración a los que se crean perjudicados, analizados o favorecidos por la trama:
                                     toda esta peregrina historia fue un verdadero sueno, por tanto, no contiene nada que sea real,
                                     solamente algunos nombres de protagonistas o parte de su habitat. La mente humana es libre;
                                     en realidad, pKxií'a decirse que es la única cosa que es realmente libre y no condicionada. Si al-
                                     guno saca los tres pies al gato, o los cuatro, reto, desde aqui, al mas avispado y docto de los ju-
                                     ristes, que juzgue el sueno, pensando, como él sabé, que soPtar no es ningún delito, ni el relato
                                     del mismo.

                                             Conroncenros:
                                             Bartomeu, el afable bigotudo de trazo horizontal cortito, de ojos claros y pelo rizado na-
                                     tural, acaba de lanzar un semigrito muy de hoy.
                                              - ICaray, Remercado Comúnl íY ahora, qué?
                                              La exclamación no es para menos, Bartomeu termina de seccionarse el dedo índice de la
                                     mano izquierda, entre la segunda y tercera falange; antes, en sus tiempos mozos, falangina y fa-
                                     langeta. Estóicamente, ar^ade:
                                              —De haber sido la falangeta, con un dedil o con el amigo Arias, saldría del paso.
                                              Bartomeu no es que fuese un hombre estóico, es que tras él conoce la existència de una
                                     organización hospitalària de gran estilo, eficiente y famosa hasta un centenar de kilómetros
                                     cerca de las anti'podas: el Hospital Municipal de Lloret de Mar, la "Vila" oficial del laurel y na-
                                     tural del "arbós", madrofio para los de influencia centroide. Bartomeu, con tranquilidad, agarra
                                      una cinta pegante que tiene cerca y,derrochando estilo y presteza, une la parte digital separada.
                                     Acto seguido, enrolla su pafíuelo en la mano y se marcha camino del Hospital, en la moto, con-
                                     duciendo con la diestra y con la siniestra hacia arriba, doblando el codo y provocando que to-
                                     dos los vehículos le adelanten sin muchos miramientos. Durante et trayecto, con idea de alejar
                                      la tragèdia, canta "Playa, playita, playera", aires de mazurca, letra y acordes del famoso Del
                                      Rio, el polifaceta lloretense que, según él, compone cuando debe pintar, cinea cuando ha de
                                     componer y pinta cuando tiene que tocar.
                                              Al cruzar la Plaza de París, Bartomeu, después de un recodo, visiumbra el flamante edi-
                                     ficio de ladrillos claro, casi aragoneses, del Hospital Municipal. En el lechoso claror matinal, se

                                                                                                                                  LLORET GACETA 9-
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