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Recordamos, una vez mas, que
LLORET GACETA no se identifica con
las opiniones de sus colaboradores ni se
hace responsable de ellas. Democratica-
mente tiene que respetarlas todas, aún
cuando muchas sean producto del saram-
pión lógico de la estrenada apertura.

' arece útopico, però .10 lo es, en el fondo del meollo, como diria un castizo, en Lloret existen tres clases de ciudadanos.
El pueblo esta dividida en tres bloques, los ultras, formados por los nacidos o descendientes de familias de Lloret, los
venidos de otros lugares de Cataluna, que se les llama emigrantes de habla catalana y los del resto de Espaha, emigrantes de ha-
bla castellana.
Alguien se preguntarà a qué viene esta exposición, no la habríamos hecho hace un afto, cuando hablar de Democràcia,
era aún delito de lesa Pàtria.
Hasta por los alrededores del afío cincuenta, para la mayoría de las familias de Lloret, su principal elemento de vida era
la pesca y el campo. Los jóvenes se veían obligados a emigrar en busca de otros horizontes, por falta de medios en el pueblo.
Su población, era de unos 2.500 habitantes. Existia una pequefSa colònia de veraneantes, que le daba algo de colorido, y
la diversión consistia, para los jóvenes de la colònia, en acudir a unos bafíos de madera, que les llamaban "els banys Ventura",
que existían en la playa frente al Ayuntamiento, donde en su terraza, se organizaban balles y festejos. La juventud del pueblo,
tenia la sala de fiestas del Sindicato Agrícola, y el teatro del "Casal de l'Obrera".
Al dar comienzo la era del turismo, esta minoria se volvió més recelosa —como todas las minorías que duran te afíos, han
dirigido nuestro país— no veian bien, que de fuera viniese nadie, que pudiera ensefíarles nada. Aceptaban, eso sí, que los emi-
grantes les ayudaran a revalorizar sus propiedades y negocios, surgidos del "boom " turístico.
Esto trajo, como consecuencia, que se transformarà toda la idiosincracia de este pueblo, que si bien duran te siglos había
vivido, solo con la vista, mirando al mar infinita y a su pieza de tierra, que casi todas las familias poseían, y como decían
ellas, les servia para sembrar lo que llamaban "para el dien te".
Una minoria —gracias a Dios— de mentalidad algo retrògrada, y de espiritu "bunkeriano", tiene la opiníón formada de
que toda alquel, que no ha nacido en Lloret, forma parte de una de Jos dos grupos de emigrantes, y esto les descalifica, para
escalar ningún cargo de dirección, en la administración pública del pueblo.
Dicha exposición, es producto de unos hechos acaecidos últimamente, que hacen relación a esta descriminación de que
son obj'eto, los que no han nacido en el pueblo.
A raiz de las últimas elecciones a Concejales, por el tercio familiar, se hizo resaltar en un manifiesto electoral, de una de
los candidates, que los cargos eran para ser ocupados por la gente del pueblo.
Al relevo de Clua como Alcalde —la cosa también tiene su miga— en una reunión de vecinos, alguien le pregunto, cómo
era que no seguia de Alcalde, hasta el mes de Noviembre, teniendo en cuenta, que el Gobiemo ha anunciada, que para aquella
fecha, se va a unas elecciones por sufragia universal, y a la posible renavación total de todos las Concejales, y a la elección
por estos, del Alcalde.
Clua respondió tajante, no me han perdonada, que no sea hijo del pueblo, hasta ahara, toda aquel a quien han conside-
rada como forastera, le han cerrado el paso, éste es el caso tuyo, -dija dirigiéndose a mi-. Yo llegué a ser Alcalde de Lloret,
porque me nombraron con el dedo, de no haber sida asi, hubiese sido una utopia, el pretender escalar la Alcaldia.

LAVANDERIA

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