Page 4 -
P. 4

EL LLORETENSE.

fogosos amotinados, aconsejaron á sus colegas                                La Lotería en relación con el ahorro.
que abandonaran su loco intento, y hubo recri-

minaciones y agrias censuras contra los que

persistieron. Llegó á tal grado esta reacción                                OR lo mismo que los intereses de la cla-

de los ánimos, que enfrente del grupo de amo-                                se merecen fijar detenidamente la aten-
tinados formóse otro no menos numeroso, com-                                    ción de todos aquellos que, amantes
                                                                                de su progreso material, apoyan todo

puesto de toda clase de personas con el lauda- cuanto tiende á la mejora de su condición so-

ble fin de impedir las tropelías. Algunos niños cial, así también combaten con enérgica virili-
                                                                             dad, y procuran por que sean desterradas do las
que continuaban en sus excesos fueron abofe-                                 instituciones de los pueblos civilizados, aquellas

teados; y la Mallorquína, al regresar con el le- otras instituciones que, de una manera directa

ño encendido, fue acosada por la multitud, te- ó indirecta, contrarían un fin tan laudable. Si
                                                                             nos fijamos bien en la naturaleza de la Lotería,
niendo que retirarse con arañazos en. la piel y                              deberemos declararnos partidarios de que des-

desperfectos en sus vestidos.                                                aparezca de entre nuestros medios de renta, por-

El modo brusco, sin embargo, como algu- que es uno de los poderosos obstáculos que di-
                                                                             ficultan el bienestar de los hijos del trabajo, al
nos se oponían á los desmanes, excitaron con-                                inspirarles hábitos en abierta contradicción con

tra ellos la animosidad de los tumultuados. Cru- el ahorro, que es la fuente más segura de donde

zándose entre unos y otros puuzantes recrimi- pueden sacar recursos contra la miseria. Por es-
                                                                             to es que procuraremos demostrar, en la medi-
naciones, y temióse, con fundados motivos, una                               da de nuestras fuerzas, que la Lotería no está
reñida colisión entre dos grupos que se amena-                               conforme con las terminantes prescripciones de

zaban. Pero acudió allí Baile Juan Bautista la ley penal, ni con los sanos principios econó-

Granell, quien á pesar de todas sus precaucio- micos, ni con el fomento de las cajas de ahorro,
                                                                             que constituyen el único medio con que el obre-
nes fue hallado por el incansable Hernández y                                ro puede mejorar y cambiar de condición., pa-

por medio de ruegos y buenas razones, consi- sando á la de empresario, ó bien crearse un pe-

guió apaciguar á los contendientes.                                          queño capital que le asegure de las privaciones

Dirigió después el Baile todos sus esfuerzos                                 y aún de la miseria, que pueden venir con la
                                                                             vejez.
á obtener la disolución del tumulto. Prometió ú
                                                                                 Dicho queda que la Lotería no se justifica á
los cerdans que el cuidaría del asunto de los                                la lu/ de los preceptos de la ley penal. Esta y

papeles, ú intimó con frases amistosas á la mul- los reglamentos de policía, considerando corno

titud para que se retirase á sus casas. Muchos, hecho punible la acción de jugar, prescriben ter-
                                                                             minantemente que se persiga y se procure la ex-
fieles á los mandatos de la Autoridad, no vaci-                              tinción del juego. La Lotería no es, en puridad,
laron en dar cumplimiento á esta orden; pero                                 otra cosa que un verdadero juego de azar, en el

otros, lo más díscolos, trataban de imponer con- cual el Estado es jugador de ventaja, puesto que

diciones. Entonces Juan Bautista Granell le- se reserva la parte correspondiente al banquero.
                                                                             ¿Cómo se compaginan ambas cosas? ¿Cómo una
vantó su gruesa vara, insignias de la Bailia, y                              misma entidad puede reprimir el juego, siendo

diciendo en tono imperativo: «¡obediencia al á su vez un jugador declarado? Esto es una con-

Rey!» «¡cada Uu á casa sua!» recorrió toda la tradicción. Asi es que teniendo la ley penal un
                                                                             principio filosófico y moral, de que carece la Lo-
calle y sus puntos inmediatos.                                               tería, queda demostrado que ésta debe ser re-

Fue retirándose la gente.... Breves ratos probada por contrariar las justas prescripciones

después la calle de la Torre y en general la vi- de aquella.

lla de Lloret de Mar, presentaban su aspecto                                     La Lotería está también en pugna con los sa-
normal y ordinario; quedando extinguido del                                  nos principios de la ciencia económica. Para afir-
                                                                             marlo, nos fundamos en que ataca el ahorro, en
todo un motín que, si no produjo las funestas que amortigua y enerva en el hombre el estímu-

desgracias que hacía presagiar la febril exalta- lo del trabajo y en que aún produce efectos con-
                                                                             traproducentes en aquellos a quienes favorece
ción de los ánimos, no por esto dejó de causar                               con sus estracciones, pues que generalmente el

amargas y abundantes lágrimas al cumplimen- capital debido á la Lotería es, en sus manos,

tarse más tarde el fallo inexorable de la Ley. (1) improductivo, cuando no les conduce á la mise-
                                                                             ria.
                                                   J. GALCERÁN.
     (I) Por no obrar en el Archivo Municipal la copia de la sentencia           Que la Lotería ataca el ahorro, se prueba con
reoaiiJii un la causa, ignoramos que costipo su dio a los culpables; si      la sola consideración de que, en nuestro país,
bien |JI i:.-uni¡nios pur l¡<lectura del dictamen fiscal que a(|uel íuó muy  van anualmente al juego 75 millones de pesetas.
riguroso. Sabemos, si, que dos me.-os después do los sucosos, fue sor-       Los ahorros tienen esa salida natural, como se
prendido esto vecindario pur una partida do 1ü mozos de la escuadra          prueba fijándose en que las cajas de ahorro no
¿le Vülls, ul mando de su segundo Comandante, procediendo á la captu-        prosperan donde hay la Lotería. Así ha aconte-
ra do varias personas. Sabemos también (|uo fueron embargado? lus            cido en Francia, donde se desarrollaron, ni do-
bienes raíces de algunos vecinos, y que el i de Agosto de I78ü se halla-     jaron de llevar las cajas de ahorro una existen-
ban presos en la cuadra llainada (Je la Galeia de las Heales Cárceles do     cia mísera y precaria, -más que liasta el año
Barcelona ocho lloretenses «.'consecuencia do oslos Hechos. En cunn-
io al liab'i.vi, se escapó d» las pesquisas do losmuzos, gallando por una
ventana de su ca^3; pero se presentó voluntariamente mas tardo en la
Cjrcul de Darcelona, poniéndose a disposición de la Autoridad.
   1   2   3   4   5   6   7   8