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EL LLORETENSE.

drada hizo saltar la pluma de lo? dedos del por alguno de ellos ó quiza por entrambos, á

emnnuense, otra arrojada con extraordinaria no haber intervenido los patrones de la comi-

fuerza, ocasionó un rasguño en la cara de Ma- sión, que todavía permanecían allí, y los in-

riano Alemany, chocando con ímpetu en la dividuos del Tribunal de Murina.

pared,'y aún algunos de la comisión resulta- A los gritos de /vingan los diners y los pa-

ron lesionados con esta lluvia de proyectiles. pers! penetraron en la casa los cerdans arma-

En honor á la verdad, debe consignarse que dos de garrotes, produciéndose una confusión

todos éstos partieron de manos de los chiqui- indescriptible. Mezclados con ellos, se veían

llos; ninguno fuó arrojado por personas adul- algunos pescadores, multitud de chiquillos y

tas. Así resulta del testimonio de ciento y se distinguía perfectamente la voz cavernosa

tantos vecinos que prestaron declaración al del Rábaxí. Obligaron al colector á devolver

Instruirse el sumario.                                 ¡as cinco libras al hijo de Juan Buhadas, lo

Concertaron los cerdans hacer por si pro- cual se efectuó sin aguardar segunda intima-

pio el sacrificio délos papeles. Ignoramos que ción, como obedeciendo á fuerza mayor. Bajo

móvil les indujo a tomar parte tan activa en serias amenazas, pidieron la entrega de los

ello, extrañándonos ver mezclados en una documentos, contestando el Sub-delegado que

cuestión puramente marítima y exclusiva de no había otros en su casa relativos al hecho

esta villa á gente forastera y casi nómada, que los que tenía á las manos el escribiente

con mas appgo al silencio de los bosques y á José Antonio Font. Eran estos unas listas con-

la quietud de los sitios agrestes que al ince- teniendo los nombres y cuotas de los pesca-

sante murmullo de las olas del mar. Antes dores, y cogiéndolos el llabaxi los hizo me-

de dar á conocer su presencia en el zaguán, nudos trozos sin escrúpulo ni miramiento.

cumple, empero, relatar un nuevo incidente.            Advertidos luego los cerdans de que eran

Juan Bonadas alias Vaciera fue el único otros los papeles cuya anulación interesaba,

pescador que, habiendo satisfecho el descu- trataron de practicar un reconocimiento en

bierto, se retiró de la casa del Sub-delegado la casa, sospechando que estarían ocultos.

de Marina sin reclamar el dinero, faltándole Pretendieron los individuos de la comisión

quizá la audacia que tenían sus compañeros. hacerles desistir con buenas palabras de su

Más al llegar á su casa, encargó a uno de sus punible intento; pero fueron calificados por

hijos que pasara á recogerlo.                          ellos de cómplices y traidores. Levantando el

Al poco rato presentóse en el zaguán el Sub-delegado la voz cuanto pudo para ser oí-

hijo de Juan Bobadas y reclamó al colector do de aquella Babel, manifestó que no cono-

las cinco libras que su padre había entrega- cía más documentos sobre aquellos hechos que

do. Contestóle Mariano Alemany que no tenía los reducidos á pedazos, y que si otros hubie-

en ello ningún inconveniente; si bien era ra habido allí, no era él sino otra persona

condición previa que devolviere el recibo li- quien podía informar. Todas las miradas di-

brado ásu padra al efectuar el pago; pero se rigiéronse entonces en busca del Escribano;

empeñó el hijo en recobrar el dinero, sin el más éste no estaba allí, había desaparecido.

-recibo ni cortapisas de ningún género.                     Aprovechando la confupión que se produ-
                                                       jo á la impetuosa llegada de los cerdans, sa-
     Como se obstinase el colector en lo dicho         lió por la puerta de detrás, con ánimo de en-
y como volviese el otro á insistir una y cien          caminarse á la casa del Cabildo, (1) pensando
veces, trabáronse de palabras. Sujeto irasci-          encontrar en «lia refugio más seguro. Antes
ble este último, perdió la calma; y cogiecdo           de partir llamó aporte á Buenaventura Her-
de la chaqueta al colector, le dijo con ener-          nández, celoso alguacil de marina, y entre-
gía: tórnam los diners ¡gran Uadre! {Y)¡gran           gándole los documentos le encargó su custo-
traidor! ó sino avuy acabas la vida. Pero éste         dia. Se llevó esto á cabo con tal disimulo que
que por lo visto no estaría dotndo de la cua-          pasó inadvertido por el mismo Juan Quijada
lidad del pacientísimo Job, se levantó al ver-         no obstante de que la marcha del Escribano
so así tratado, y arremetiendo á su contrin-           se hizo por su consejo. No debe extrañar,
cante, entablóse entre los dos una lucha cuer-
po á cuerpo. La refriega habría terminado mal

(I) Son palabras textuales que constan on el sumario.       (1) I.a casa habitada por el panadero Joan Vi:a, que pertenecía a
                                                       la sazón ul Cabildo do Canónigos de Gerona.
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