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LLORETENSE.
Rechazamos, pues, con toda la fuerza de
nuestras católicas creencias, los epítetos de
libre-pensadores y mestizos, con que se nos ( ESCENAS DI5 LA VIDA R E A L . )
acusa; fieles al Catolicismo, y adictos en to- II.
do á las enseñiinzss y divina autoridad de la (Continuación.)
Iglesia católica, con él ausilio de la Provi-
dencia, moriremos abrazados á la cruz, no LGUNOS días después de los sucesos
mezclando la política ni signo de redención -que hemos referido, se celebraba en
para no empequeñecer su grandiosidad. los salones del Cirtulo Valenciano
E—MARTÍNEZ.. 'uii'lbríHante baile, al cual asistió to-
do lo más selecto.de la, sociedad do la ciudad
del Cid.
Secxicín literaria. En aquella elegantísima estancia, mágica-
mente realzada por millares de luces de gas dis-
puestas en caprichosas ara fias dé cristal y ciV
A MI ILUSIÓN, magníficos candelabros agrupados en los ángu-
los, damas ricamente ataviadas lucían sus gra-
cias ante los ojos enamorados de elegantes ca-
balleros que completaban el cuadro.
Cuando el amor intentó, Al son de'-uiia escogida orquesta llevaban
hacer tuyos misdespojos, ellos suavemente á sus adorados tormentos,
y de la luz me privó, marcando con Tos pies los compases d"e la mú-
me dio en el alma los ojos
que del cuerpo me quitó. sba. '•'-; ' " V •. •- - •
Dióme, para queadorarte En uno dé Josüados delsalóny"sei1tadajun-
con más atención asista, . tó á su madre entiba Elisa. Sus ojos se dirigían
ojos con que contemplarte, inquietos hacia todos lados como buscando al-
y así cobré mejor vista, go que no encontraba.
aunque cegué de.mirarte.
Varios jóvenes habían solicitado permiso'pa-•
V antes los ojos en mí ra bailar cpD^ila,. pero rehusab.at,sienapre. .
fueron estorbos penosos,
que. no teniéndote aquí, —-IMo comprendo, le decía su madre, porqué
claro está, que ewan ociosos,
no podiendo verte á tí: • • , . esta noche apareces tan esquiva: ¿no conoces
Con que «1 cegar, a mi ver, que estás cometiendo una descortesía? Estay se
fue providencia mas-alta,
por no poderte tener, gura que todos Censurarán tu proceder.
por que á quien la luz le falta,
quó importa cegar ó ver? —Yo te ruego/ mamá, no me reprendas por
_¿. eso, defame. • " . ; . . ; • :;
En este. ffiQmi|pó?|fh elegante joven se acer-
có ivella solicitánabrá' cómo los anteriores. La
matlre.dijo a suhija rápidamente al oido:
Y pues teíidró en el violento, ,—Que no pase'con éste eoipo pasó con los
otros; aunque.á.tu disgusto sea, cede, porque
rigor de no verte asi, . íiay ojos que miran y .lenguas que critican.
por alivio'del tormento, Elisa se levantó, casi.maquinalmente apoya-
siempre el pensamiento en ti, da del brazo de'su compañero y ligera como las
siempro á ti en el pensamiento: mariposas se confundió entre las demás pare-
,As! eii el Alma veré j a - .•'!•.;-••' ' '•..';•. ' . .
La música sonaba los acordes dé un wals
el centro de mis cuidados :
lleno de sentimiento y. de inspiración.;.todos los
con los ojos de mi l'é, . concurrentes'-parecían suspensos contemplando
aquellas notas melodiosas y aquel sentir de su
que gustos imaginados, • autor tan flélmfente interpretado.por la orquesta.
también un ciego.Josvé. •"•;Péroíder^p'ffi.Í!í> la música se interrumpió co-
•¡
Aunque .cegué de mirarte,
¿qué importa cegar, óver,
si gtfzos que soñdél alma '•
un.'ci'ego'tos vé? • :• ^
•'?»:;«•. • ;:••• ; M A > J U E L J u Á N mo, herida, poritíria fuerza sobrenatural y todos
Valencia. ;e; agriuparon-précipitádamente hacia un ángulo
del.s?ilÓn..;-¡-.'..'¿^ ;•-. ! r . • ' - . .
. »•; Elisa sin¡,senti(jo yacía en los brazos del j o -
ven que la sacó á bailar. Sus ojos entreabiertos