Page 2 -
P. 2
EL DISTRITO K.M1NKNSE
l!.i sido nombrado coadjutor drt el Sr. ltoldós nos dejó oir fue ! JUECES MUNICIPALES EL—No, no... solamente digo
la parroquia ilt; esta villa, e¡ Re- que suele hnber circunstancias...
verendo I). l'elipe Tenas, do cuyo riquísima en melódicas variacio- , A ciutinuación riamos Ion nombres Klla ('secamentej.— Mira; mejor
cargo IIIIIII'I posesión el l.° de los nes: la flauta, su instrumento prt de los señores i¡ur ejercerándi- será t|ue Oigas todo ti formo de tu
corrientes. Le felicitamos, desean- dilecto, la domina el Sr. ltoldós á choenrgo en esledistrito durante pensamiento.
do sea larga su permanencia en- su voluntad. También el Sr. Gua- el próximo bienio. El.—-¡Perortl mi pensamiento no
tre nosotros. dayol tocó magistrulinente eu el
clarinete, una pieza del Riguletlo tiene fondo!
Se nos lia manifestado corno que le mereció calurosos plá- Anglés, 1). Martin Masvidal. Ella.—Es que con tus teircun-
cierto, que un distinguido hijo de cemes. Arbucias, D. Alejo Pons.
esta villa recién lleudo de Amé- Blanes, D. Francisco Ituyra. tancias» parece corno si quisieras
rica, se propone costear mil gio- El-Sr. Ruiz, que es un violinista Ltreda, D. Baudilio Sagrera. presentarte en escena.
bos para la iluminación de las que promete, cautivó al numero- Bruñóla, D. José Vendreil.
Ramblas durante las fiestas de so público que premió su talento Caldas de Malavella, D. Esteban El (riendonon sencillez).—¡Rali!
Sta. Cristina, dejándolos luego de con nutridos salvas de aplausos. ¡Dios mió! ¿De. dónde sacas eso?
propiedad del Hospital. Mil elogios Prats.
merece la conducta de nuestro A prepósito de esta aplaudida Caros, I). loaquin Estevanell. Ella.—¿Por qué te ries?
compatricio. orquesta, leemos en el Diario de Espinelvas, D. José Fornés. El.—¡Que me rio!... ¡toma!... me
Barcelona: «La aplaudida orquesta Hostalrich, D. Andrés Toya. rio como tu reías hace un momen-
Coto que dirige el conocido maes- Lloret de Mar, D. Juan Sala. to, al pensar en la '«inconvenien-
tro del misino nombre ha sido Massanas, D. Pedro Moscaró. cia» da don Justo qu«...
objeto de una broma de mal géne- Massanet de la Selva, D. Antonio Ella.—¿Cómo «inconveniencia?»
ro. Hallándose dicha orquesta en ¿No la llamas su brutalidad? ¡Oh,
Tossa con motivo de la fiesta de Dorca. bien se ve que todos los hombres
se disculpan! En su caso, á donJus-
S. Pedro, se presentó en el Centro Osor, D. José Riera. to imitarías, ¿no es eso? ¡Al»! es-
musical de Barcelona, una perso- Hiells, D. José Horta. toy segura que no Son las ganas
El gobierno ha adjudicado el na de Tarrasa con el propósito de Riudarenas, D. Jaime Bualons. lasque te faltan
servicio de expendición y cobran- contratarla Eldependiente delindi- Riudellóls de la Selva, D. José El-—¿Qué me falta entonces?
za en esta provincia de las células cado Centro indicó á dicha perso- Massó. Ella.—¡El valor! Además, ¿soy
personales, durante los cuatro na la dirección del maestro al que Santa Coloma de Farnés, D. Ra- yo acaso tan agresiva como Ana?
«ños económicos de 1893-94, á- escribió una carta expresando las món Verdaguer Grau. El.—¡Oh, no!
1890-97 ¡i D. Martirián Monserrat condiciones del ajuste que en- S. Hilario Sacalm, D. Luís Parcet.
y. Pujol; la Delegación de Hacien- seguida fueron aceptadas. Llegó San Miguel Cladells, D. José Roig." Ella.—¿Qué es eso de ¡oh, no!
da anuncia que dicho señor es el la orquesta Coto á Barcelona el San Andrés Salou, D. Lorenzo Ca- • Lo dices asi con cierto retintín...
arrendatario legal de las cédulas día 2 al mediodía y sin descansar Y mira, conmigo no basla acosar,
personales, y que en virtud del un momento salió para Tarrasa; rreras. es preciso probar. Así, ¿te atreve-
contrato, queda subrogado en los al llegar á la citada villa no se en- San Felio de Buxalleu, D. José rás á sostenerme en mi cara que
derechos y acciones de la Hacien- contró al contratista, resultando Vendreil. yo soy tan provocativa como Ana?
da para todo lo que se refiere á la que eran falsas las señas y nom- Sils, D. Pedro Camp. El (con paciencia).—No, querida
exacción del impuesto concedién- bre del firmante de la carta y Sellera (La), D. Benito Lloret. mía; te repito que no... a la verdad,
dosele, al efecto, así como á sus telegrama. De este hecho se ha Susqueda, Ü. José Freixas. parece que tienes empeñe en por-
agentes, el carácter de funciona- dado parte á los tribunales de Tossa, D. Jaime Esteve Llach. fiar...
rios de la Administración. justicia para ver si logran descu- Vidreras, D. José Turbani. Ella.—¡Yo!
brir al autor ó autores.»
Vilovi, D. Pedro Gelí. ^(retractándose).—Bueno, pues
no he dicho nada.
Ella (nerviosa).—De ningún mo-
Dicese que el diputado á Cor- Bromas de este genera merece- VARIEDADES do; hable usted... es inútil que se
tes D. Antonio Comyn, tiene el rían un corectivo enérgico. haga usted la víctima silenciosa...
propósito de presenciar la próxi- UN BOFETÓN. ¡Ah! ¡Con que yo tengo empe&o en
ma fiesta mayor de esta villa. Con Las funciones religiosas, lucidí- porfiar!... Un poco apurado se en-
tal motivo recorrerá la mayor par- simas sobre todo la procesión. El (CUADRO CONYUGAL DE COSTUMBRES) contrará usted para citarme nna
te del distrito para salud-ac"r á sus sermón, que estuvo confiado al prueba en apoyo de eso dicho.
electores. elocuente orador sagrado Fr. Pío Artículo de peso
Carreras, dominico, fue un con- El(con dulzura).—Pero,vidamia,
junto de bellísimas imágenes. El sin ir más lejos, acuérdate de esta
numeroso auditorio durante me- mañana misma, cuando me soste-'
dia hora escuchó con recogimien- nías que Julio, el actor, era rubio.
Se halla entre nosotros D. An- to y atención, las bellas frases ¡El marido espera á la señora,
tonio Mataró y Vilallonga, ex- del distinguido orador encarga- que se ha ido á comer á casa Ella.—Sí, y rubio es.
gobernador civil de Gerona, quien do del panegírico del Principe de de tma amiga.—A la» once de la El—No, te aseguro que te en-
con su apreciable familia perma- los apóstoles. noche, la señora entra riendoá gañas: es moreno.
necerá larga temporada en esta carcajadas.) Ella.—Le digo á usted que es
villa.
Ella (sin dejar de reir).—¿A que rubio.
no adivinas lo que me hace reir de El (cediendo).—¡Sea, ya que tú lo
La pertinaz seguía qifoeel^~f;rtafleigneléáj;i Gracias á haber acudido pronta- esta manera? quieres!
esta villa hacé^que mente no hubo que lamentar un
manen con suma dificultad, ori- percance en el entoldado. Durante El.—D. Justo os habrá dado qui- Ella.—¡Oh! no me conformo con
ginándose con este motivo cues- el baile el quinqué ¿de petróleo zás una sesión de espiritismo. esas concesiones irónicas.... Es
tiones entre los vecinos que se colocado en el centro de la presi- muy fácil hacerse el resignado
ven obligados á permanecer largo dencia se inflamó alarmando .de Ella.—No; te lo voy á contar cuando no se quiere confesar que
rato esperando turno para llenar momento á la concurrencia. Por para que te asombres. D. Justo le no tenernos razón.
sus cántaros. fortuna el accidente no tuvo im- ha pegado un bofetón á su mujer.
portancia. El (con paciencia).—Pues bien;
El.—¡Es posible!... sí, no tengo razón.
glla.—Pero un bofetón tan es-
pantoso, que cada uno de los pré- Ella.—Parece como que lo dice
senles nos hemos tapado la cara usted así entre dientes; otro cual-
con la servilleta por temor de re- quiera, menos testarudo que us-
Debido, sin duda, al ambiente SANTA COLOMA DE FARNÉS cibir los pedazos de la cabeza de ted, vendría á decir: «Mira, mujer-
sofocante que se experimenta es- A causa sin duda de los excesi- la pobre Ana.—Figúrate la escena: cita mía, te pido perdón por haber
tos dias, llegan atestados de fo- D. Justo quería la luz á la derecha, sostenido que Julio el a;tor es mo-
rasteros los coches de la estación vos calores no estuvo el lunes pa- á causa del mal estado de su vista; reno...»
de Blanes. Nuestra colonia vera- sado concurrido el mercado que Ana la quería á la izquierda, por-
niega acude en busca del fresco todas las semanas se celebra en que asi brillaban mejor los bri- El (perdiendo la paciencia).—Si,
y delicioso airecillo que en algu- esta villa. Escaseó el ganado. Los llantes que llevaba al cuello; cada sí, si; mira, querida, no pasemos
nas horas del día se disfruta en labradores ocupados en la reco- uno ta pasaba y la repasaba; á la adelante; te lo suplico. ¿Quieres
esta población. lección de los frutos contribuye- sexta vez, Ana, ya muy rabiosa, que Julio sea rubio? Pues bien; es
ron á la poca animación que ob- ha concluido por plantificársela rubio.—Y si lo deseas será verde
servamos en semejante día. también.
expresamente, en medio del plato Elia (furiosa).—¡Verdel ¡Ah! Oiga
de la ensalada que tenia el otro usted, caballero, 6cree usted aca-
TOSSA delante; entonces fue cuando su so que está hablando con una lo-
La fiesta mayor que todos lob Empiezan á llegar enfermos al marido le ha arrimado un bofe- ca? — Puesto que usted lo torna por
años celebra esta villa en la festi- establecimiento de baños llama- tón (riendo).—Me rio todavía de donde quema, le sostengo a usted
vidad de S. Pedro ha estado en el dos de Sta Colonia que tan buenos la cara que puso la pobre Ana; si, en su cara que es rubio.
actual concurrida especialmente resultados producen en las enfer-
los dos últimos dias. La orquesta medades reumáticas y en muchas pero en medio de lodo, estoy in- El (ronaire provocativo).—Si, si;
del niaesLi o Sr. Coto entusiasmo á otras, cuya elicaeia han acredita- dignada contra 1). Justo, porque y hasta albino también.¿Estas con-
sus oyentes al estremo, que vimos do al balneario mencionado. el hombre que pega á una mujer tenta?
es un cobarde. Ella.—Eso de albinoquiere de-
cir que no lo conoce usted, porque
al Rdo. 1). Pedro Martri, organista VIDRERAS El.—Sin embargo, algunas ve- de otro modo no podría menos do
d« la iglesia de la mencionada La monda del corcho se hace ces... reconocer que es positivamente
villa, que felicitaba A su director en algunas parles de esta villa, rubio.
por la acertad» interpretación que penosa á causa de la sequía y en Ella.—¡Cómol ¡Algunas veces!
¡os ejecutantes, supieron dar á otras se presenta bastante regu- I Debes decir siempre! El hombre El.—Pero, ¡por Jesús crucifica-
todas las piezas del programa. En lar. Los precios varían entre 80 y que le pega á una mujer, es siem- do! Te he dicho veinte, veces ya
los conciertos del entoldado se 90 pesetas carga. pre, siempre, un cobarde. que lo conozco y que lt* he habla-
distinguió el aplaudido concertis- do...
ta tltí contrabajo Sr. Cortada inter- El—A menos que no si; haya
pretando admirablemente el Car- visto precisado... Ella.—Habrá usted ido con él á
algún sitio ((lio yo ignoro... quizás
Ella —¡Precisado! /.Tendrías tú de visitas nocturnas ..
la audacia da querer defender a
naval tle Veuucia. La fantasía que 1). Justo?