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CA RT AS                                                                  POLÍTICA

TRAMUNTANADAS DE LOS LECTORES                                      BIADON píerde Bladon, pueblecito fnsigni-
                                                                                                          ficante en la geografia inglesa
Un artfeulo grosero              todo el mundo. Con ello hace                                             ha tenido el honor de recibir
                                 gala de ser mas pueblano que
Sr. Director                     estos "desertores de la azada"    la tranquilidad los restos de un hombis frlo,
de TRAMUNTANA:                   aludidos en su articulo.                                                 violento, valiente. ingenioso.
                                                                                                          inteligente, audaz, artista, te-
  Leído y comentado el articu-     Lo que expone puede ser ver-    naz, rebosando humorismo y humanldad por todos los
lo que nos presenta la Carta al  dad; lo que si es cierto, es      porós de su piel sajona. Esta era el barro de Churchill, que
Director que firma el sen.-r     que en la Costa Brava existan     en el decurso de los afios. la vida y sus circunstancias, se
Rafael Garriga, en el numero     solo aquellas anomalías, pues,    encargarían de dar cada vez mas ocasiones para el que
anterior hemos llegado a una     gracias a Dics, hay también en    tenia suficiente capacidad no solo en asimilarlas sinó de
conclusión: EI autor de tal ar-  ella mucho bueno para poder       imprimiries efectividad con creces. Quizàs y a medida que
ticulo debe ser persona que ba   elogiar. Sobre todo el esfuerzo,  miramos la historia nos convencemos mas de que pocos
visto muy poco, porque se ex-    tal vez sin precedentes, de una   personaj es han tenido una responsabilidad tan grande
trana de cosas corrientes en     región, si no de todo un país,    como la que tuvo Churchill, hasta tal extremo que Europa
                                 para encauzar en tan pocos        contaba tan solo con un punto de apoyo: Inglaterra. Y
                                 anos una enorme afluència         dentro de ella un hombre: Churchill. Sobre él gravitaba el
                                 turística, en la que abundan      peso de la defensa de todo el sentir espiritual de Occidente.
                                 algo mas que ferroviàries, es-    Cim.chii] lo cuniplió a las mil maraviUas presó de violen-
                                 fuerzo que bien permite a un      to nacionalismo, de arrebatado liberallsmo y cou una hon-
                                 espíritu ecuànime, disculpar      da conciencia de la situación. Inglaterra, la solitària euro-
                                 muchas deficiencias que poco      pea, nunca se ha visto màs unida a Europa que con este
                                 a poco se van corrigiendo.        hombre y por eso el recuerdo de esta gran figura nos hace
                                 ^Cuàndo dejaremos de consi-       sentirnos màs europeos, màs ingleses. Después de la victo-
                                 derar lo nuestro siempre lo       rià, de los lauros, de los grandiosos reclbimientos, vino de
                                 peor?                             nuevo el engranaje de la paz con todas sus fórmulas de
                                                                   progreso y con animo de construir lo destruido, e Inglaterra.
                                    A mi modesto entender dicho    país de cambios sorprèndentes, no eligió premier al que le
                                 articulo es una transcripción     había dado la victorià. Las elecciones de 1946 apartan del
                                 periodística de esa "grosera      Gobierno a Churchill y dan paso a los laboristas capita-
                                 palmada" que él mismo critica.    neados por Atlee. Es sorprendente el cambio, però hemos
                                                                   de considerar que tras una catàstrofe de este tipo. la
                                    Agradeceré la inserción de     guerra, se da una etapa propicia para revoluciones socia-
                                 esta carta en la revista de su    les, es decir adelantos, y el pueblo inglés muy practico
                                 digna dirección.                  juzgó màs conveniente situar en aquel momento a un par-
                                                                   tido que lleva en su sangre el revolucionarismo y no al
                                            CARMEN DE LLORET       conservador màs apegado a los viejos moldes. Churchill
                                                                   aceptó la situación porque asi lo quería Inglaterra y como
NOTA DE LA REDACCION                                               buen inglés se conformo con un escano en la oposición.
                                                                   Habia cumplido con un deseo de su pàtria en la guerra y
      Para conocimiento de nuestros lectores hemos de              en la paz seguia cumpliéndolo. A pesar de lo mucho que
aclarar que la Nota o Justificación que firma Eugenio              hii'O nunca penso en gabelas. una vez logrado el éxito.
Molero Pujós en el número pasado, fue motivada por                 Gran lección de humildad y de política. El politico està
un articulo original de nuestro colaborador que TRA-               para servir a su "nación però nunca esta debe supeditarse
MUNTANA no considero oportuno publicar, ya que                     a los intereses del partido. Però Churchill no descansaba
su texto, sin dtida por deficiente información del                 y en la oposición seguia laborando como un inglés màs
autor, podia inducir a quienes lo leyeren a formarse               por el resurgir de su pueblo.
una idea equivocada de los hechos de que *rataba • La-
proyectada conservaciÓ7i de las ruinas del Castillo de                 La vida política de Churchill, llenó a Inglaterra tanto
San Juan en colaboración con la Asociación Espanola                estando en el poder como en la oposición. A este respecto
de Amigos de los Castillos.                                        dijü Harold Wilson "Churchill iluminó ia oposición". (Jon
                                                                   animo de construir no perdió el tiempo en bajezas soterra-
      Al tardar en comunicarle al senor Molero dicha               doras ni en competencias partidistas. Fue hacia una labor
resolución y los motivos a que obedecía, nuestro amigo             conjunta con el poder però anotàndose los tantos de su
mandó su nota atribuyendo la no publicación del tra-               partido en previsión de futuras elecciones.
bajo a unos "intereses creados" y a unas ""bajas intri-
gas'''' que jamas han existido entre los hombres de                    Churchill después de su entieiTO, ha dejado de ser no-
TRAMUNTANA.                                                        ticia para pasar a engrosar los volúmenes de la historia
                                                                   de Inglaterra repartidos por todo el mundo. Bladon en
                                                                   cambio es notícia, la noticia que todo centro de peregrí-
                                                                   naje acostumbra a dar. Sin quererlo Bladon se ha con-
                                                                   vertido en un segundo 10 Downin Street. La tranquilidad
                                                                   ha dejado de ser su característica principal. Hasta allí
                                                                   llegaran personas de todo el mundo en una contínua ple-
                                                                   garia por aquel que merced a él nos ha sido posible dis-
                                                                   frutar la Europa actual.

                                                                                                 JOAQUÍN ESCUDERO CUEVAS

                                                                   — 3—
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