Page 7 -
P. 7
CUENTOS DE MAR Y MONTANA
"LA CONSTELACION DE EQUUS"
Los astrónomos nunca han estado sèrie que Joanet utilizaba para el transpor- ***************
de acuerdo sobre si un grupo de estrellas de te de tabaco desde el punto dè alijo al lugar
discreta magnitud constituyen o no una de su reventa. Mis lectores adivinaràn sin Llegadas a casa, de vuelta de la suya
constelacíón màs del Zodi'aco. Los antiguos demasiado esfuerzo que Joanet, entre otros Pepet, mi abuela llamó aparte a su primogè-
caldeos crei'an que ellas no eran sinó un a- arbitrios, se dedicaba al honesto, lucrativo nita:
péndice de Geminis. Eudoxio de Samos a- —y a veces peligroso— quehacer del contra-
firmaba que eran la vanguardia de Càncer. bando. —Nena, aquest home no et convé. Li
Sin embargo, Conon —con " N " , sefiorita agrada massa el vi, i nosaltres som gent se-
Matilde- de Alejandría afirmaba hace veln- No hay que escandalizarse: Desapare- ria.
titrés siglosque las estrellas llamadas Equus cidos los astilleros, perdidas las últimes co-
eran la décimo-tercera constelación del sis- Mi padre recibió a los cuatro di'as una
tema solar. lonias, en decadència ya la indústria del carta de su novia. Deci'a que le quen'a mu-
corcho, el contrabando constituyó durante cho, que era el único hombre de su vida
Yo, siempre he crei'do que, mucho aPios el decente medio de vida de muchi'si- —lo que a mi' me pareció siempre una la-
màs importante que el signo zodiacal que mas familias. mentable falta de curiosidad—, que le doh'a
preside el nacimiento es aquél bajo cuyo deci'rselo però que no podi'a casarse con un
influjo tuvo lugar la concepción. Con un alegre repicar de cascabeles la beodo, por màs que ese beodo le gustase.
Linda empezó a comerse los kilómetros
Como yo le he dado siempre la razón con su trote largo y cadencioso. Llevan'a Mi padre quiso poner las cosas en cla-
a Conón de Alejandn'a y naci' bajo el signo asi' un cuarto de hora cuandoante una taber- ro. Convoco a Joanet para el siguiente do-
de Piscis, considero que fue bajo la influen- na se paro en seco. Mi padre intento hacer- mingo y con la Toia de mi tio Antonio —el
cia de Equus que mis papàs se tomaron la arrancar. Inútil esfuerzo: la yegua perma- Pinxo continuaba cojo— se presento en ca-
—para bien o para mal— la molèstia de con- neció clavada en el suelo cosa de diez minu- sa de su amor de una trotada. Joanet estu-
feccionarme. Debieron de hacerlo en Barce- tos. Pasados estos arranco de nuevo. Su pa- vo a la altura requerida. Se habfa puesto su
lona, si mis càlculos no fallan, cosa que ja- traje de casorio y, ved si estaria fino, que
màs les he perdonado y de lo que me sien- rón lo repitió aün antes de llegar a casa de antes de entrar tiro et chicote del hediondo
to totalmente avergonzado. Quede claro Antonieta. caliquenyo que habi'a estado chupando.
que me refiero al lugar de mi confección,
no a la entusiasta faena de mis querldos A la hora convenida hombre, yegua y "Mestressa: L'egua de l'altra diumen-
progenitores. tartana estaban a la puerta de mis abuelos. ge no és d'en Pepet sinó meva. En quant a
Media hora después, acomodadas ya Julià les parades, no cal que pensi tampoc mal.
Ese signo de Equus no solamente pre- y sus tres hijas, el trote espectacular de la Jo reparteixo amb ella tabaco per aquests
sidió el inicio de mi vida intra uterina: ha Linda despertaba a toda una tropa de pe- hostals i tabernes—. Se callo prudentemen-
imperado siempre en el curso de mi zaran- rros callejeros. Los rapaces que jugaban en te que, alljado el tabaco, un par de vasos
deada existència, y aunque resulte difi'cil- la plaza de la Iglesia gritaban: "Guaita! eran prontamente trasegados.
mente crei'ble vino de un tris que la sagra- Com corre!
da coyunda de Pepet y Antonieta jamàs Puestas las cosas en claro hubo en la
se hubiese celebrado, y por consiguiente Segundos después la Linda se paro casa un sabroso refrigerio. Mi abuelo que
el delicado trabajo de hacerme nunca ha- ante la puerta de Càn Lai-Lai. Otra trotada era un magnifico cocinero, guiso un "gall
bn'a acaecido. Lo que para la república de majestuosa y otra parada, y otra. Mi abuela de mar" de tres kilos. Al cabo de quince
las letras habn'a sido una falta lamentable. empezó a mirar escamada a su hija mayor, meses nacia yo.
luego le dió suavemente con el codo. Però
»*««««»««* Antonieta estaba demasiado "enartada" pa- í Exagero si os digo que Equus ha
ra fijarse en otra cosa que en el auriga sen- sido el signo que ha presidido mi peripècia
En el ya lejano aPio de 1914 el que tado enfrente. vital?
tema que ser mi padre iba cada domingo a
cortejar a la que estaba destinada a ser mi A la vuelta la Linda hizo lo mismo ZADIG -1986
madre, que vivia en un pueblo situado a que a la ida. La desazón de Pepet iba en au-
doce kilómetros del de Pepet. Hacía ma- mento, la desconfianza de la sefiora Julià se
yormente el viaje en ferrocarril. En alguna multiplicaba.
ocasión especial atalajaba Pinxo a la tarta-
na. Eso ocurn'a cuando se trataba de con-
ducir a novia, suegra y cuftaditas a algun
aplec o fiesta mayor vecina. Pese a padecer
cojera en fn'o, una vez calentado era el pe-
ceóo un excelente trotador. El domingo an-
tes del de autos quedo concertada una ex-
cursión a la romeria de Sant Ponç, aunque
ese pormenor no puedo confirmarlo. Po-
dria ser otro Santo vecino.
Però en la tarde del sàbado mi padre
observo desolado que Pinxo cojeaba de la
mano derecha.
Preocupado fue aquella noche a la
peluqueri'a, llamada entonces barberia. Allí'
se encontró con su amigo Joanet.
- Q u e et passa algo, Pepet? Fots mala
cara.
- A mi no em passa res, però tinc el
Pinxo coix, i demà havia de portar la sogra
a un aplec.
—C .. y I Això et preocupa? Ves a ca-
sa i enganxa la Linda.
La Linda era una yegua alazana, larga
de raspa, agalgada y magra que habfan traC-
do de Tarbes. Era una trotadora fuera de
N* 422 - 19B6 - LLORET GACETA - 7