Page 9 -

Quinzena d'homenatge a Verdaguer
casa y vestirse con atuendos mas o menos sacerdotales para
celebrar una "misa" para su pequeno grupo de amigos.
Su caràcter se definió, también desde nino, como vio-
lento, lo que en el fuguro le perjudicaria bastante, incluso
siendo ya sacerdote.
A los once afíos, abandono la pequefía escuela del
pueblo donde habfa recibido sus primeras ensenanzas, pa-
ra dedicarse plenamente a su carrera sacerdotal. Para ello in-
gresó en el seminario de Vich, uno de los mas conocidos por
aquel entonces.
Sin embargo debido a su caràcter humilde, hubo de
compaginar los estudiós con el trabajo de la tierra.
Siendo seminarista, empezó a escribir sus primeros
versos, haciéndolo a escondidas debido a su caràcter hura-
rio, agresivo y tímido, condiciones que conservo durante to-
da su vida.
Verdaguer no fue un estudiante brillante ya que con-
tà con màs de un suspenso en su carrera y él mismo recono-
ce que le ponia enfermo el estudio de la Filosofia y Teolo-
gia.
En tal situación, su moral se veia perjudicada, y en
màs de una ocasión estuvo a punto de abandonar su carrera.
A pesar de su fortaleza física, debido a los grandes es-
fuerzos realizados, su cabeza fallaba lamentablemente, y
durante toda su vida se vio afectado por su dèbil salud.
Solia escribir composiciones burlescas, de tono satí-
rico, semejantes a las escritas por el rector de Vallfogona
dos siglos antes, y que gozaban ahora de gran aceptación.
Sus composiciones de esta època se centraban en la
persona de algun catedràtico al que debfa algun disgusto;
era por así decirlo,una manera poètica de vengarse de uno de
sus precefores, por lo que no conseguia, claro està, ningún
favor de su parte, antes bien al contrario, su actitud solia
acarrearie todavía màs disgustos. No obstante, tambièn es-
tos versos gustaban a sus condiscípulos, y empezaron a dar-
ia fama.
Animado por su éxito entre sus amigos, empezó des-
de entonces a dedicarse a realizar composiciones màs serias,
con màs ambición, que le decidieron a participar en los Jue-
gos Florales de Barcelona.
Estos certàmenes estaban por aquel entonces en su
mayor auge, y en ellos participaban jóvenes poetas en busca
de una oportunidad.
Ganar los Juegos, era la mayor ambición de cualquier
incipiente poeta catalàn, ya que ello signi ficaba trascender
en el mundo literario darse a conocer a la gente, tener un
lugar destacado en la literatura catalana y también dPor què
no? ser conocido en la posteridad como un gran poeta y li-
terato al mismo nivel que Bécquer, Zorrilla y tantos otros.
En el afío 1865, madurà ya su espíritu literario, deci-
dia presentar dos composiciones a los Juegos Florales, sién-
dole ambos premiados.
Por consejo de su amigo Coltell, se presentà a recoger
el premio vestido con su traje de campesino y con la típica
barretina. La idea fue acogida con gran aceptación por el pu-
blico que aplaudia la sencillez del poeta.
Este fue un momentc inolvidable en la carrera del
poeta; allí quedà consagrado como eminen te poeta de Cata-
lufía.
Verdaguer había entrada a trabajar en una masia de
unos parientes suyos, a cambio de la manutención.
Con Collell y otros amigos fundà el "Esbart de Vich",
cenàculo literario, cuyas reuniones se celebraban al aire li-
bre, en el lugar denominado "La Font del Desmai". Estàs
reuniones llegaron a alcanzar gran fama ya que solían acudir
grandes personalidades de Catalufía.
Mientras trabajaba en la masia, dedicaba su tiempo li-
bre a sus aficiones literàries.
Allí empezó una de sus màs grandes obras: L'A tlànti-
da. Su propósito era ganar otra vez los Juegos Florales y
para ello se dedicà a escribir lo mejor posible, ya que el cer-
tamen de ese ano era algo excepcional; se había solicitado la
presencia de Balaguer. También fueron invitados ese afio
Mistral, Zorrilla, Núfíez de Arce, Ruiz de Aguilera y otros.
Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, ese aho no con-
siguià el premio anhelado.
Però Verdaguer era ya conocido como gran poeta en
el àmbito catalàn; fue a Barcelona y allí conocià a Mistral.
Terminados sus estudiós, se ordenà sacerdote en 1870
en la pequefía ermita de San Jorge en la Plana de Vich.
Después de pasar cierto tiempo en Vinyoles D'Orís
en donde enfermà, fue admitido como capellàn en uno de
los buques de la Compania Transatlàntica, propiedad del
marqués de Comillas, que hacía la ruta de La Habana. En
estos viajes se recuperà su salud notablemente y allí corrigià
su gran poema l'A tlàntida por el que recibià al fin el premio
de los Juegos Florales en 1887.
A partir de entonces fue produciendo obras literarias
sin tregua, ya como èpico ya como místico. En el ano 1880
fue proclamado maestro en Gai Saber y en 1881 fue elegido
presidente de los Juegos Florales.
De los navios, pasó màs adelante al palacio del mar-
qués de Comillas, donde empezài su època de poeta màs
floreciente.
Fue huèsped perpetuo de los marqueses que lo trata-
ban como su igual.
En estos tiempos aparecian sus mejores obras entre
las que destacan "Idil·lis i cants místics" y su gran poema
de la Reconquista, "Canigó" sin duda su mejor obra.
Poco después completaba su popularidad con la publi-
cación de la "Oda a Barcelona" de la que el ayuntamiento
de la Ciudad mandó hacer una numerosa ediciàn.
Gracias al marquès de Comillas realizà largos viajes;
visità Tierra Santa, Roma, París y otras ciudades.
Però cuando se hallaba en la època de su mayor apo-
geo, rifíó con su protector, se vio echado del palacio. Se
enzarzà también en una violenta disputa con su obispo,
viéndose perseguido y lleno de amenazas. Entonces escribià
sus cartas "En defensa Pròpia" publicadas por varios perià-
dicos de izquierdas, en tiempo de grandes movimientos pol-
líticos. Estàs cartas provocaron gran indignaciàn y escànda-
lo.
Ese fue su fin como poeta. Se hizo impopular, se le
negaran licencias para la misa, fue declarada rebelde...
Verdaguer vivia las últimos afíos, logró reconciliarse
con su obispo y se le devolvieran las licencias. Escribià aún
algunas obras pera no recobrà ya la paz ni la salud ni la bri-
llante inspiración de sus primeras obras.
Vivia ya hasta el fin abandonada de todos y con la sa-
lud quebrantada.
Murià en Vallvidrera —Barcelona— el 1 de junio de
1902.
Verdaguer na se dedicà solamente a la poesia, tam-
bién can la prosa alcanzà grandes éxitas; sin embargo su
gran labor la constituye, indudablemente su obra poètica
especialmente en la parte mística y èpica.
Destacan entre sus obras "Idil·lis y cante mística",
1879, Pàtria, 1888, L'Atlàntida y muchas otros.
Tanta su poesia como su prosa tienen un fuerte arrai-
go popular, debida a su continuo contacto con los campesi-
nas, que se deja sentir en su producción literària.
Del pueblo tomà sus leyendas y consejos, y sus prime-
ros versos son, muchas de ellos imitaciones de canciones
papulares.
A pesar de toda la sucedido al final de su vida, hubo
todavía muchas que le recordaran can carino cuando murià
Verdaguer ha sida y es la glòria de la "Renaixença"
catalana. MARINA ZURITA GRiNO.- 16 afíos.- Colegia
Inmaculada Cancepciàn.
En nuestro próximo número: MOSSÈN JACINT VER-
DAGUER, por Dolores Montero Rebollo, de 8 E.G.B., 14
artos.
LLORET GACETA 9