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AÑO I.                                             Lloret de Mar 30 de Agosto de 1896                           NÜM. 10.

 rucios K mwtm                                                                                                    LOH pilcan Bti h*r4n
                                                                                                                por ululant«do.
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clónales.

        PERIÓDICO ILUSTRADO DE AVISOS, ANUNCIOS Y NOTICIAS -
                  Defensor de tos intereses morales y materiales del Partido de Santa Coloma deFarnés

         SE PUBLICARA                                                PIKECTOR:                             REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN
á lo menosmía vez A la nemana                                                                        C»ll« de sin Pedro, nim. 5. LLOIHT De Mta (Gerona)
                                                   D. Eugenio Carrtó ds Saóaíer

Apaatts fílajófiet-ttltiisios'"                    en esos dos elementos esenciales de toda bue- —En el estado actual, las familias se han
                                                   na educación y un olvido completo de sus de- creado nuevas necesidades que desconocían
                                                   beres cívicos y religiosos.
                                                                                                     nuestros abuelos Sus .deseos y aspiraciones
                                                      —Por oso peligra ya, en sus cimientos, esa
LA FAMILIA DE AYER YLA DE "HOY                     institución del hogar; por eso vemos flaquear     fomentadas constantemente por la marcha del
                                                                                                     progreso material, han apagado los adelantos
                                                   la sociedad misma formada y sostenida por morales, y extinguido de los corazoneslosac-
                                                   esos dos eslabones particulares que constitu- tos de virtud y de piedad. El padre para aten-
                            n                      yen su única trabazón y fuerza.
                                                                                                     der á las exigencias sociales, se lanza en em-

La educación doméstica, es uno de los pro- —En los tiempos patriarcales, en aquellas presas temerarias, y absorta su atención en el
blemas sociales más trascendentales é impor- remotas edades en que la familia se confundía estudio de como podrá lucrar en sus especu-
                                                   con la misma sociedad, pues el padre era á la laciones, olvida por completo el deber que le
tantes del siglo actual.
• Negarnos esa verdad, fuera desconocer, á vez, jefe, patriarca ó rey, el respeto y el amor ha impuesto la Providencia al concederle fru-
sabiendas, el descrecimiento moral que obser- formaban en su recinto como una muralla im- to de bendición ¡Cuántas lágrimas, más tar-
vamos hoy en la familia y el notable desmo- penetrable que mantenía firme la deferencia y de, no derramarán esos padres indiscretos por
                                                   consideración paternal.                           tan criminal descuido! Y la sociedad, ¡cuánto
ronamiento en el edificio social.
—En el seno de la familia radica el bienes- Las acciones heroicas de sus abuelos, las no tendrá, que temer de miembros sin edu-
tar de la sociedad; luego en los padres, jefes venerandas tradiciones trasmitidas de genera- cación!
                                                   ción en generación, como asimismo los hechos
y custodios de ella, va adherido el ineludible     más culminantes de su historia, residían como        —La falta de buena instrucción en el seno
deber de consagrar sus esfuerzos para la con-      en depósito, en el seno de esa sociedad parti-    doméstico, la carencia de sentimientos reli-
secución de tan nobilísimo objeto. Dios y la       cular, en la cual ardía viva la llama del entu-   giosos, es la causa de ese cuadro sombrío que
Naturaleza lo mandan, la conciencia y la ra-       siasmo patrio y de la fe. Puédese muy bien        se dibuja en el seno de las familias y hace cru-
zón lo exigen.                                     decir que las familias de entonces eran el con-   jir los cimientos de la sociedad. El peor de to-
                                                   ducto legítimo, por medio del cual las socieda-   dos males que puede caer sobre un pueblo, es
   En efecto; al conceder Dios, á los padres,      des futuras recibían las verdades tradiciona-     la carencia absoluta de esos elementos de
fruto de bendición que perpetúe sus nombres,       les en que descansaban sus creencias y sus en-    vida, de luz y de amor que disipan la neblina
sus creencias, sus costumbres y hasta sus sen-     señanzas. Y nos lo testifica de una manera        do la ignorancia y IOK errores de la supersti-
timientos y carácter, no fue ni debía ser su       concluyeme, esa pléyade de hombres ilustres       ción. El sentimiento religioso ilustrado por la
objeto, simplemente el cuidado material, ó sea     que se destaca majestuosa en el horizonte de      fe y fortificado por una buena enseñanza, es
la educación de su cuerpo; dotado el niño de       su pasado, casi todos padres de numerosa ge-      el antídoto más eficaz para levantar á la fa-
una alma inmortal, que cual perla engastada        neración, cuyos desvelos se dirigían princi-      milia de la postración en que moralmente
en su ser, brilla en él, cual sol en el firmamen-  palmente á educar á sus hijos, física, moral y    yace, y renovar el edificio social.
to, vinculaba á la autoridad paterna, la con-      religiosamente. Cual centinelas avanzados de
servación y perfección de tesoro tan precioso,     Israel, velaban sin cesar, para que el germen        La familia es el afluente más legítimo de
bajo la sombra del frondoso árbol de la vir-       precioso que había de constituir para lo suce-    ese mar insondable que llamamos sociedad; de
tud, de la instrucción y del buen ejemplo.         sivo las generaciones futuras, fuese digno de-    ella depende su salvación ó su ruina, y. ¡ay
                                                   positario de sus creencias y de sus virtudes.     de los pueblos cuya educación doméstica no
    El padre no cumple con su deber sólo                                                             es mirada cono asunto preferente por los
manteniendo á sus hijos; su parte física no es                                                       hombres amantes de su bienestar! Podrán pro-
la más principal, porque el hombre no vive

exclusivamente de pan; quien debe procurar —Hoy, sin embargo, no es la familia lo que gresar en el desenvolvimiento de la industria,.
al Estado buenos ciudadanos, á la sociedad fue en las edades á que nos referimos; la mo- de las artes y de las ciencias, podrán figurar
miembros útiles y á la Religión hijos líeles y derna civilización va borrando paulatinamen- en la galería de las celebridades terrenas,
amantes de s>uesplendor, viene obligado, por te de su seno aquellas vivas imágenes de can pero retrocederán por el camino de la mora-
ley divina y natural á la educación completa dor y sencillez que formaba su principal lidad y de la virtud.
del cuerpo, del espíritu y del corazón Y al no     ornamento. Aquellas instituciones seculares,
cooperar sus padres á los fines providenciales     verdaderos órganos del pueblo fiel, cuyos res-       Para que la educación doméstica sea una
establecidos por Dios al crear al hombre, se       tos preciosos, aún existen en esas familias lle-  verdad y responda á la nobleza de la natura-
hacen reos de los males que se subsiguen en        nas de fe y de piedad, que en cierto modo an-     leza del hombre, deben desaparecer de la fa-
el orden social, moral y religioso.                dan errantes por el pueblo cristiano, pueden      milia muchos de los elementos vitales que hoy
                                                   servir de modelo á los padres dignos de este      constituyen su ser, y sustituirlos póY otros de
   Esta santa misión de educar que el cielo        nombre que deseen cumplir fielmente los sa-       más vida moral y de más pureza de doctrina.
ha conferido, en especial á los padres de fa-      grados deberes impuestos por Dios á la pater-     A la ignorancia de los padres oponer la luz de
milia, está sumamente quebrantada y como           nidad.                                            la instrucción que les dé capacidad suficiente
proscrita del seno de esa institución conyugal.                                                      para el desempeño de su sagrado ministerio; á

Debilitado el principio de autoridad por cau- Los tiempos de hoy son diferentes de los la carencia de fuerzas morales, consecuencia
sas fáciles de comprender; como dispersos de ayer; por eso difiere mucho el juicio parti- de la debilidad de carácter, la conciencia
sus miembros por su excesiva tolerancia en cular de los hombres sobre cuestiones funda- ilustrada de su deber para la consecución de
materia de costumbres, roto el lazo de la fe en mentales; y como el punto que tratamos es su felicidad temporal y eterna; y á los errores
creencias, que constituyera en pasadns gene- quizá el principal de entre los que más debe y preocupaciones, que exijan al común de los
raciones el ascendiente invulnerable del pa- fijarse acerca el porvenir sucial, no es extra- padres respecto á la educación de sus hijos,
dre sobre sus hijos, no existe, que digamos, en ño esa diversa apreciación, si nos lijamos en las dulzuras que comunican esos dos ángeles
ella, verdadera educación en el sentido bello la radical trasformación de costumbres Hé de paz que velan el sueño de la humanidad: ¡a
y hermoso de la palabra; más que dirección ahí el abismo que nos separa de la genera- virtud y la instrucción.
moral, piás que virtudes domésticas, observa- ción que fue, á la que existe actualmente, y ¡a Así el problema se habrá resuelto, su so-
mos con amargura, una degeneración visible razón filosófica que entraña esa cuestión, al lución será verdadera, y la educación domés-
                                                   compararla con ia sencillez de las pasadas tica, marchando al influjo de esos elementos,
- (1) Véase nuestro número 7 del 9 del corriente; generaciones.
                                                                                                     hará florecer las virtudes cristianas, hoy día
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