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        MORAL-CATÓLICA, CIENTÍFICA Y LITERABIA.

        PUBLÍCASE CADA SOS DOMINGOS.

                         SUSCRICIÓN:

España, seis meses, 2 pesetas.—Eslrangero y Ultramar, un aflo, 10 pesetas.
                       Anuncios á precios convencionales.

AÑO I.  L L O R E T DE MAR I . " D E AGOSTO DE 1886. 5f N Í M .

LA LUCHA ENTRE            voluntad, han nacido un sin número
                          de errores políticos y religiosos,que
LA VERDAD Y EL ERROR no solo atacan con sus armas los prin-

                          cipios fundamentales del Catolicismo,

Los pueblos se desmoralizan á me- sino quetienden además á destruir el

dida quese ilustran; los pueblos se orden y armonía social en sus mas sor

hacen incrédulos á medida que maslidas bases. Lasabsurdas y heréticas

adelantos materiales se proporcionan. leyes que salen de las asambleas pú-

¿Y por qué de este singular fenómeno? blicas, la argucia y simulación de los

Por que Ja sociedad no se educa enla Gobiernos que las sancionan, los sis-

escuela de la verdadera ciencia, porque temas polítitos atacando más ó menos

se van extinguiendo de su'seno las lu- embozadamente laautoridad ydogmas

ces de laverdad y se dá libre paso álas de laIglesia, y finalmente esa tenden-

sombras del error, que tan colosales cia de las masas populares á destruir

proporciones va tomando.  todo freno moral y principio religioso,

  La filosofía, ó sea laciencia emana- son una terrible prueba que confirma
da de los eternos principios de laver- lo mucho que ganan las doctrinas cma-*
dad, no constituye que digamos, la fi- nadas de las fuentes del socialismo, y
losofía de nuestros sabios, ni sirve de del desprecio que se hace de la verdad,
consejera álos legisladores de nuestras hija del cielo, yfuente de la verdadera
asambleas, ha desaparecido su moral civilización. Y las causas han de pro-
de sus corazones maleados por el orgu- ducir sus efectos, como el sol produce
llo, para nutrirles de esafilosofíamen- la luz: por eso las consecuencias de esa
tirosa, falaz é hipócrita de que tan en- enfermedad" moral, tan desarrollada,
vanecida está nuestra moderna civili- en nuestra época, necesariamente han
zación. De esa enfermedad moral, que de producir resultados fatalísimos en
tan sordamente ofusca las inteligen- todas las instituciones humanas, en el
cias y pervierte los sentimientos de la hombre v en la sociedad.
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